miércoles, 27 de marzo de 2013

Leonard Cohen y su más reciente album “Old Ideas” (Viejas Ideas): el sublime dandismo negro






Por Daniel Salvatore Schiffer
(De Nouvel Observateur)
Traducción por Hasardevi

Hay leyendas vivientes que impregnan el paisaje musical durante décadas. Leonard Cohen, el dandy tenebroso, es una de ellas. Y su álbum más reciente parece suscitar una gran emoción. Daniel Salvatore Schiffer, filósofo, comparte su emoción al escuchar lo que para él es una obra de arte.

¿Como expresar con palabras, lo sublime, ese estado supremo -aunque se trate de una oscuridad trágica- de la belleza?

 Raine Maria Rilke, el más metafísico de los grandes poetas románticos, tenía para describir esta dimensión superior del ser, una fórmula que –por paradójica que fuera- era de una desconcertante precisión:

« Ya que lo hermoso no es sino el comienzo de lo terrible, que apenas si podemos soportarlo, y al admirarlo tanto, se desdeña y nos deja de destruir. Todo ángel es terrible.” (“Elogies de Duino”)


Este estado supremo de lo sublime, allí donde el inaccesible subsuelo del alma humana no teme al roce entre el ángel y la bestia, los Dioses del espíritu y los demonios de la carne, Leonard Cohen (uno de los poetas más emblemáticos de nuestro tiempo) acaba de alcanzar, en una cumbre artística de una rara belleza precisamente, con su última obra: un álbum intitulado “Viejas Ideas” que agrupa diez canciones todas tan conmovedoras, pese a su sobriedad instrumental y su rigor estético.



  Leonard Cohen, cuya voz siempre bien timbrada no ha sido nunca tan grave, profunda, virilmente abrasiva y sin embargo tan delicadamente conmovedora, casi frágil, dice sus admirables textos labrados, transportados por las melodías al ritmo de una lentitud a menudo grandilocuente, y que a veces más que cantar, los murmura.


Sí, “Old Ideas”  es un himno a la refulgente aunque tenebrosa belleza, como una oración silenciosa en su discreta elocuencia, monumento sin precedentes de poesía en salmos entonados y que, como tal, ¡pasará sin duda a la Posteridad!
Esta auténtica obra maestra, momento de pura gracia musical y de intensidad literaria, no sería en modo alguno alcanzada si él no tuviera, para acompañar esta voz de celeste ultra-tumba y que le confiere su secreta amplitud acentuando su parte oscura, su sombra, las magníficas y sutiles armonías vocales, tan llenas de sensualidad que están ahí como contraste. 

Se encuentran algunas de las grandes damas de la canción estadounidense, con repertorios mezclados del Folk al jazz y del blues al gospel (las tradiciones yiddish e incluso celtas, tampoco están ausentes sin olvidar una pizca de soul).


Es aquí donde surgen, particularmente suntuosas y como realzadas por la infinita dulzura de esas voces femeninas, envueltas por la inefable languidez de un violín o marcadas por la intangible nostalgia de un piano, las tres perlas de lo que constituye tal vez, pese a la riqueza de su obra anterior, la obra maestra de Leonard Cohen: "Going Home", texto a la ironía tan cruel como desencantada, "Show me The Place", doloroso pero espléndido cántico de amor extinto, y “Come Healing”, magnífico llamamiento, cuando el cielo y el infierno se desgarran y que sólo la muerte ofrece algún perfume de redención, a la reconciliación del alma y del cuerpo.



Ya que sin duda es lo que Charles Baudelaire señalaba, en su "corazón al descubierto" la doble postulación simultánea, uno de los temas principales, con la soledad y la incapacidad de comunicarse, los vicios y las virtudes del amor, el pesimismo existencial y la búsqueda interna, de este deslumbrante "Old ideas":





"Hay en todo hombre, a cualquier hora, dos postulaciones simultáneas, la una a Dios, otra hacia Satán. La invocación a Dios, o espiritualidad, es un deseo de avanzar; la de Satán, o animalidad, es la alegría de caer"; (“Mon Coeur mis á nu” –corazón al desnudo).



Y en efecto, es Baudelaire en persona, maldito entre los poetas malditos, que se perfila  como lo hizo en el pasado un Gainsbourg o un Bashung, en el horizonte abrasador de este dandismo negro, quintaesencia de este arte hoy característico de un ser de cenizas que es, evidentemente, Leonard Cohen, aquí más grande que nunca.



Tanto más cuanto que reflejan también, en sus últimos textos, implícitas pero claras referencias a la gran literatura estadounidense del siglo XX (aunque Cohen sea un canadiense de lengua inglesa):

Se recogen a su vez, estas baladas más bien íntimas, acentos inspirados por Tennessee Williams y William faulkner, más allá de la desesperación filosófica que los habita, así como por Ernest Hemingway y William Burroughs, John Fante y Charles Bukowski, Jack Kerouac y Allen Ginsberg, no hace mucho maestros incuestionables, por lo que toca a estos últimos, de la muy contestataria al tiempo que defensora de la libertad “Beat Generation” (Generación Beat).


 Leonard Cohen, cuyo divino y tan humano (si no "demasiado humano" parafraseando un famoso título de Nietzsche) con “Show me the place” me trastornó hasta las lágrimas, hecho rarísimo para un dandy acostumbrado a contener sus emociones y ocultar así su ser.



 Me complace por último recordar, a modo de homenaje a su genio, esas palabras de Charles Baudelaire que le van tan bien:



“La característica belleza del dandy consiste sobre todo en ese aire frío que viene de la inquebrantable resolución de no ser conmovido ; se diría un fuego latente que se hace adivinar, que podría pero que no quiere irradiar. (...) El dandismo es un Sol que se pone; como el astro que declina, es magnificente, sin calor y lleno de melancolía”. (“Le Peintre de la vie Moderne”. El Pintor de la vida moderna).


Es como si Baudelaire  hubiera, efectivamente, esbozado allí el retrato por anticipado del autor de este sublime "Old ideas".

Daniel Salvatore Schiffer es filósofo y autor de « Le Dandysme – La création de soi » (El Dandismo – La creación de sí mismo).    

             

sábado, 23 de marzo de 2013

jueves, 21 de marzo de 2013

Restaurar nuestras conexiones



Foto por Hasardevi



Traducido por Hasardevi

La poesía... Conexión entre el micro y el macro cosmos

¿Qué es la poesía? Cuando sentimos el dolor del amor o nos invade la inspiración--el suave roce de nuestros corazones expuestos contra las texturas del mundo-- ¿por qué será que nos es más fácil la expresión a través de un poema que en la prosa de un párrafo?

El corazón poético busca conectarse a través de la expresión. Es un corazón que intenta arrojar un puente entre nosotros y el mundo; y ese puente puede ser construido por las palabras, por el movimiento, el color o la música. Estas expresiones constituyen el núcleo de toda cultura humana y ayudan a definir nuestra diversidad y originalidad al tiempo que ponen de manifiesto nuestras similitudes.

El corazón o espíritu poético, es sinónimo de un espíritu de paz. La pérdida de este espíritu, esta sensibilidad hacia la vida, describe la patología de nuestro planeta enfermo: la evidente decadencia de nuestra humanidad. Nutrir el espíritu poético en nuestra propia vida es nutrir la esperanza para el futuro.

El filósofo Daisaku Ikeda nos ha estado convocando de manera constante a restaurar la sensibilidad poética en todos los seres humanos.


Restaurar Nuestras Conexiones  
Por Daisaku Ikeda

Cada ser humano es un microcosmos. Vivimos juntos en este planeta y  respiramos el ritmo de un universo que se extiende infinitamente por encima de nosotros. Cuando surge la resonante armonía entre el vasto cosmos exterior y el cosmos interior humano, nace la poesía.

Hubo quizás un tiempo en que todas las personas fueron poetas que dialogaban íntimamente con la naturaleza. El Man'yo-shu, obra japonesa de poesía, es una colección de poemas escritos por personas de todas las clases en su tiempo y casi la mitad de los poemas están marcados como anónimos.

Estos poemas no fueron escritos para dejar un nombre a la posteridad; son poemas y canciones vertidos como efusión incontenible del corazón que la gente tomó de su propia vida. Estas obras, trascienden los límites de tiempo y nacionalidad conforme pasan de persona a persona, de un corazón a otro.

El mismo espíritu poético puede encontrarse en cualquier tarea humana. Puede resonar vibrantemente en el corazón de un científico dedicado a la investigación en la admirable búsqueda de la verdad.

Cuando el espíritu de la poesía vive en nosotros, incluso las cosas más comunes no parecen meros objetos; nuestros ojos captan una realidad espiritual interior. Una flor no es sólo una planta. La luna no es un simple cúmulo de materia flotante en los cielos. Al fijar la mirada en una flor o en la luna, podemos percibir intuitivamente los insondables vínculos que nos unen al mundo.

En este sentido, los niños son poetas por naturaleza, de nacimiento. Atesorar y nutrir su corazón poético, permitiéndole acrecentarse, lleva también a los adultos descubrir refrescantes reinos. Después de todo, no existimos simplemente para cumplir deseos. La verdadera felicidad no se encuentra en acumular posesiones, sino a través de una profunda armonía con el mundo.

El espíritu poético tiene el poder de "afinar" y volver a conectar un discordante mundo dividido. Los verdaderos poetas se mantienen firmes, enfrentan los conflictos de la vida y sus complejidades. El daño causado a cualquier ser, en cualquier parte, es causa de agonía en el corazón del poeta.

Un poeta es aquel que ofrece a la gente palabras de aliento y esperanza, buscando la perspectiva –yendo más allá de lo inmediato- es capaz de hacer tangible la inmutable realidad espiritual de nuestra vida.

El sistema de segregación racial “apartheid” fue un crimen de lesa humanidad. Al resistir y combatir este mal, la filosa espada de las palabras, como en toda empresa humana, jugaron un importante papel.

Mbuyiseni Oswald Mtshali es un poeta Sudafricano que luchó contra la iniquidad del apartheid con la poesía como arma. El escribió: “La poesía despierta y refuerza nuestra verdadera fuerza íntima; nuestra espiritualidad. Es la fuerza que nos hace gente decente, gente que está llena de empatía por aquellos que están necesitados o sufriendo, aquellos que padecen la injusticia y otros males de una sociedad enferma.” Nelson Mandela leía los poemas de Mtshali cuando estuvo en la cárcel, extrayendo de ellos  la energía para continuar con su denodada lucha.

El poeta brasileño Thiago de Mello, aclamado como protector del amazonas, también soportó la opresión a manos del gobierno militar. En la pared de la celda en la cual estaba confinado, encontró un poema grabado por un interno anterior: “Está oscuro –se leía,- pero canto porque la aurora llegará”. Eran las palabras de uno de sus propios poemas.

En medio del caos y el vacío espiritual que siguió a la derrota de Japón en la II Guerra Mundial, al igual que muchos jóvenes de mi generación, adquirí indecible aliento de la lectura de Hojas de hierba, del poeta Walt Whitman. La desbordante libertad de su alma fue como un rayo de luz que me invadió.

Ahora más que nunca, necesitamos la estruendosa y conmovedora voz de la poesía.
Necesitamos el apasionado canto de paz de los poetas a la existencia compartida y el mutuo apoyo de todo cuanto existe en el universo.

Tenemos que despertar el espíritu poético dentro de nosotros, la juventud, la energía vital y la sabiduría que nos permitan vivir al máximo. En este sentido: Todos debemos ser poetas.

Un antiguo poeta japonés escribió, "Los Poemas surgen como diez mil hojas de lenguaje de las semillas de los corazones de la gente."

Nuestro planeta está herido y lastimado, sus sistemas de vida bajo amenaza de colapso. Debemos proteger y cobijar la tierra con "hojas de lenguaje" que provengan de las profundidades de la vida.

La Civilización moderna será saludable sólo cuando el espíritu poético recupere el lugar que le corresponde.


Las mujeres construyendo la paz



por Hasardevi


En una entrevista que me otorgó la Dra. Patricia Galeana, historiadora, escritora, Fundadora del Museo de la Mujer, primero en México, y actualmente Directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, sintetizó estupendamente el significado del 8 de Marzo, así como sus orígenes e importancia. Dijo, que la Organización de Naciones Unidas designó dicha fecha como día Internacional de la Mujer, por ser un día de reflexión, para llamar la atención de todos los Estados miembros de la ONU sobre un tema específico(la lucha de la mujer en busca del reconocimiento de la equidad de género y de su participación en todos los ámbitos de la vida humana). Clara Setkin, de nacionalidad alemana, quien luchaba por los derechos femeninos, propuso que se estableciera el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Otro caso emblemático ligado a esta fecha es el de las luchas reivindicatorias por los derechos laborales debido a 146 mujeres que murieron calcinadas en una fábrica textil de NY en 1911, en  los Estados Unidos de Norteamérica.También, otras luchas como el domingo rojo en que las mujeres pedían pan frente al palacio de Invierno y fueron reprimidas, figuran entre los antecedentes de este día instaurado por la Asamblea General de la ONU en 1977.
La plática sostenida con ella en esa oportunidad, me aclaró muchas otras cosas respecto a la lucha de las mujeres por la equidad de género, por lo cual le estoy agradecida.


Por mi parte, he llegado a la conclusión de que el sentido e importancia del 8 de marzo, radica en el hecho de que la equidad de género, aún en nuestro tiempo, no es una realidad. Son recientes las fechas en que la mujer pudo acceder a los derechos como ciudadana, y es conocido el estado de sometimiento por diversas cuestiones culturales y religiosas en que todavía se encuentran muchas mujeres en el mundo. La violencia contra las mujeres es una realidad lacerante todavía, sin ir más lejos el ya tristemente célebre caso de los "feminicidios" en México, la inmensa mayoría impunes. Persisten también las desigualdades económicas y en los puestos de trabajo, a pesar de que varias mujeres alrededor del mundo han logrado estar al frente, incluso, de gobiernos de países.

Por otra parte, algunas mujeres jóvenes podrían dar por sentado los derechos de los que hoy gozan pensando que siempre existieron para todas las mujeres y, justo es recordar que hubo quienes entregaron reputación y vida para reivindicar su derecho como ser humano completo. Por supuesto, la mujer pobre y la trabajadora en general, ha llevado la peor parte a través de la historia en el mundo.

Una de las cosas más graves que observo es que, a la par del feminismo, la cosificación de la mujer es cada día algo más patente y salvaje: la mujer como instrumento de uso, como símbolo de lo banal.

Una reflexión para conmemorar este día, con un enfoque humanista y mujeres que no son “personalidades” reconocidas, sino los seres humanos de carne y hueso que tejen a la sombra los finos hilos de las relaciones fraternales, es el que aquí deseo apuntar.

(El siguiente es un resumen y traducción de Hasardevi, con información tomada de la revista SGI Quarterly)
Los hombres no siempre hacen la guerra, ni las mujeres siempre hacen posible la paz. pero alrededor del mundo, a menudo sin ser notadas y de cara a inimaginables obstáculos, las mujeres están haciendo cosas extraordinarias para construir, crear y mantener la paz. Las funciones que las mujeres suelen desempeñar en la sociedad, el cuidado de los niños y las familias, les dan un especial interés y deseo de evitar los conflictos violentos.
Los procesos de resolución de conflictos se limitan comúnmente a los antiguos combatientes, y la voz de las mujeres, que es vital, están ausentes en los planes de los países que están emergiendo de los éstos. Es necesario dar más espacio a las mujeres en el proceso de prevenir y resolver conflictos. En el año 2000 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la seguridad, la cual destaca el desproporcionado impacto de la guerra sobre las mujeres así como el gran potencial sin explotar que éstas pueden aportar a los procesos de mediación, la resolución de conflictos y la construcción de la paz.
La paz no es simplemente la ausencia de guerra. Incluso en países en donde no hay conflictos en curso, la mujer sufre de violencia verbal y física, violencia doméstica y discriminación. El establecimiento de una cultura de paz, un medio de vida que valore la no violencia y el diálogo y en la cual las relaciones entre las personas se basen en el respeto, sólo puede realizarse a través del fortalecimiento y la inclusión de la mujer en todos los niveles.

Mujeres alrededor del mundo, de distintas culturas y credos, aportan su enfoque sobre el papel de la mujer en una cultura de paz

Olga Belobrovy, Saratov, Rusia. Física. 

La paz comienza con la familia, como la construcción de un gran edificio comienza con un pequeño ladrillo. Todos los miembros de nuestra sociedad han nacido y crecido en el seno familiar. Yo creo que la gente que mayor influencia tiene en la forma en que nos desenvolvemos como individuos -para bien o para mal- son las madres.

El amor de una madre es un regalo eterno de la naturaleza.

Por otra parte, debo decir que pienso que las mujeres no son intrínsecamente pacifistas, pero lo aprenden de sus madres, por eso el papel de una madre en la vida de su hija es inmensurable. La madre como fuente de vida es también su protectora. Por eso creo que la mujer tiene un papel clave en los movimientos pacifistas. El ambiente natural de una mujer es la paz. Proteger a las mujeres equivale a proteger la paz.

Nobuko Ishino, Maestra retirada de Tokio, Japón:

Como subdirectora del Comité de Mujeres por la Paz de la Soka Gakkai, he estado involucrada en foros de Cultura de la Paz por muchos años. Estoy convencida de que si las mujeres son compasivas, comparten sus experiencias de aprendizaje poniendo de lado sus egos y escucha a los demás además de preocuparse por el medio ambiente, eso será una enorme contribución a la cultura de paz.

La divisa que he hecho mía es aquella que Ikeda Sensei, Presidente de la SGI, ha expresado: "La solidaridad de las mujeres es lo que cambiará la calidad de la civilización".

Anahera Gildea, Wellington, New Zealand. Madre y Escritora:

Para mi lo más importante son los fuertes lazos que se logran entre las mujeres y de éstas con la naturaleza. Después de todo la Tierra es una mujer...

Hay un famoso dicho Maori que dice: "La paz lograda por las mujeres, es la que perdura."