domingo, 7 de abril de 2013

El Budismo y una Vida Saludable




Foto por Hasardevi Nuevo Vallarta, Nayarit

Por Daisaku Ikeda
(Traducido por Hasardevi)

La salud es un deseo universal de los seres humanos. No importa qué tan acaudalado o poderoso pueda uno ser, la salud es lo más preciado que existe.

El Budismo reconoce la enfermedad como uno de los más básicos sufrimientos que los seres humanos experimentan –como se desprende de su inclusión en los cuatro sufrimientos de 

nacer, envejecer, enfermar y morir. La búsqueda de liberar a las personas de este sufrimiento es un objetivo compartido por el Budismo y la medicina.

Las conexiones entre la mente y la enfermedad, la mente y la salud, son puntos en donde el budismo y la medicina convergen.

El Budismo no es una especie de espiritualismo o una teoría abstracta. El Budismo, a través de los tiempos, se ha enfocado directamente en la realidad de la enfermedad fìsica y mental y ha buscado aliviar el sufrimiento de la enfermedad desde la doble perspectiva del Budismo y la medicina.

Aún así, es natural que el interés principal del Budismo esté en el papel que juega la mente. Y a medida que la relación de la enfermedad con el estrés aumente en el futuro, la relación entre mente y salud, en general, será todavía más notoria.

La salud no es simplemente la ausencia de enfermedad. La salud significa un reto constante. Constante creatividad. Una vida prolífica siempre avanzando, abriendo frescos y nuevos horizontes: esa es una vida verdaderamente saludable. Un espíritu imbatible es lo que suministra el poder para seguir adelante con firmeza.

El Segundo Presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, dijo una vez que existen dos problemas fundamentals con la gente hoy en día. Uno es la confusión de conocimiento con sabiduría y el otro es la confusión de la enfermedad con la muerte.


El conocimiento y la sabiduría no son la misma cosa. Hay mucho que puede decirse acerca de la relación que existe entre ambos. Con relación al budismo y a la ciencia médica, podemos decir de manera muy general, que la medicina combate la enfermedad con el 
conocimiento científico. El budismo, por otra parte, desarrolla la sabiduría humana, para que así podamos encontrar nuestro propio ritmo y fortalezcamos nuestra fuerza vital. Esto ayuda a la eficacia del tratamiento médico y también nos ayuda a conquistar la enfermedad a través de nuestros propios poderes curativos naturales.

Pero es tonto ignorar o negar la contribución de la medicina. Eso es hacer descender la fe al fanatismo. Debemos utilizar los recursos médicos sabiamente al combatir la enfermedad. El Budismo nos da la sabiduría para utilizar la medicina adecuadamente.

La sabiduría es el ingrediente básico de la salud, de una larga vida y de la felicidad.
La enfermedad no lleva necesariamente a la muerte. La enfermedad puede forzarnos a examinarnos a nosotros mismos, examinar nuestra existencia, nuestra vida. Puede ser incluso un importante y precioso motivador. Alguien dijo que una persona que nunca ha estado enferma, sólo entiende la mitad de la vida.


El filósofo suizo Carl Hilty (1833-1909) escribió: “Al igual que las inundaciones del río remueve el suelo y enriquece los campos, la enfermedad agita y enriquece los corazones de la gente. Aquel que verdaderamente comprende la enfermedad y la soporta, se hace más profundo y más fuerte y llega a entender las ideas y las convicciones que antes le resultaban incomprensibles.”
La lucha con la enfermedad, nos lleva a entender la vida humana completamente y forja en nosotros un espíritu indomable. Yo mismo sufrí de una débil constitución cuando era niño. Tuve tuberculosis y, por esa y otras razones, no esperaba vivir más allá de los 30 años.

Pero esa experiencia me ayudó a entender a los que están enfermos. Y es por ello que cada momento es tan valioso para mi, y por ello mismo, me determiné a lograr lo más que pudiera mientras esté vivo, sin desperdiciar un minuto; también es por ello que he vivido al máximo todos estos años.

Hay muchos que tienen cuerpos saludables pero cuyo ser interior se encuentra enfermo. Y también están los que sufren de alguna enfermedad física pero su fuerza vital interior es muy saludable. Todos nosotros experimentaremos alguna enfermedad durante nuestra vida. Por eso es importante adquirir la sabiduría que nos permita lidiar con la enfermedad adecuadamente.

Aunque pueda parecer contradictorio, desde la perspectiva budista, la salud y la enfermedad no están separadas. Así como no lo están la vida y la muerte. Son parte de una sola entidad, como un todo. Por esa razón, la perspectiva budista sobre la salud no se limita a esta vida, su enfoque básico es una vida saludable a través de las tres existencias de pasado, presente y futuro.

Daisaku Ikeda es el presidente de la SGI. Este artículo es un extracto de la serie Un Nuevo Siglo de Salud: El Budismo y el Arte de la Medicina, publicado originalmente en el seikyo Shimbun, periódico de la Soka Gakkai, en 1999.
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Ver en este blog sobre el mismo tema: Reflexiones sobre la salud
http://gatomeditativo.blogspot.mx/search?q=salud