Si nos volvemos pasivos, terminaremos restringidos, sin importar qué tan libre sea el ambiente en el que se viva. Por el contrario, si se mantiene una actitud positiva, con iniciativa propia, estaremos libres, no importa cuán restringido sea el medio ambiente. La verdadera libertad es el grado de capacidad espiritual que nos permite resistir y hacer frente a cualquier circunstancia.
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