lunes, 7 de diciembre de 2009

Cuando nos limitamos nosotros mismos con bajas expectativas, el árbol de la felicidad deja de crecer. El poder del desarrollo, del progreso, el poder de superar todo estancamiento y atravesar todos los obstáculos y transformar un páramo yermo en un campo verde: ese poder incontenible de la esperanza reside justo dentro de nuestro propio corazón. Este poder brota de la fértil tierra de lo más íntimo del ser cuando se enfrenta el futuro sin duda o miedo: "Puedo hacer más. Puedo crecer. Puedo convertirme en un ser humano más grande y mejor." La vida es una interminable batalla por crecer. Daisaku Ikeda

No hay comentarios:

Publicar un comentario