sábado, 29 de mayo de 2010

La creatividad ligada a la locura


28 mai 2010 le monde


Traducido por Hasardevi

¿Es necesario estar loco para ser artista? los ejemplos de genios más o menos locos abundan, pero la correlación es un poco simple para sacar una conclusión. Además, hace falta ponerse de acuerdo en lo que se entiende por “loco”... Aún si hoy en día se tienen los medios para introducirse en el cerebro por medio de imágenes impresas, los más ilustres locos han desaparecido hace muchísimo tiempo. Lo cual es lógico ya que hay más artistas muertos que vivos.

¿Qué habría revelado un scanner de Ravel, un IRM[1] de Hemingway, una topografía por emisión de positrones de Nietzche? La técnica de la topografía por emisión de positrones (TEP) ha sido justamente utilizada por científicos suecos y norteamericanos para tratar de ver un poco más claro sobre la relación entre arte y “locura”.

Gracias a la TEP, estos dos equipos han puesto en evidencia un nexo entre los signos clínicos de ciertas enfermedades mentales y una creatividad superior a la mediana. Un lazo que es conveniente interpretar con prudencia.

El estudio se centró en algunos receptores –los receptores D2- con un neurotransmisor, la dopamina. “Nos concentramos en las regiones donde las anomalías en la función activada por la dopamina se han asociado anteriormente a síntomas psicóticos o a un terreno genético que favorece la esquizofrenia”, escriben los autores en la reseña de sus trabajos publicada la semana pasada en PLos One.

La TEP reveló que a semejanza de pacientes con trastornos psicóticos, las personas más creativas poseían una densidad menor de receptores D2 a la dopamina en la región del hipotálamo. Resultados interpretados con mesura por los autores:

« Estos resultados muestran que el sistema de receptores D2 (a la dopamina) juega un papel en las capacidades creativas y podría revelar un nexo crucial entre creatividad y psicopatologías. (...) Las personas con buena salud que no padecen los efectos perjudiciales de una enfermedad psiquiátrica, (esta mínima densidad de receptores D2) puede ser la causa de un mejor resultado en las pruebas de creatividad.”

Entonces, ¿los artistas están locos? No, ya que los conejillos de indias de este estudio no tienen signo alguno de psicopatologías, aparte de esta mínima densidad de receptores D2. Y además ¿se trata verdaderamente de artistas? La creatividad de 14 personas que participaron en el estudio fue determinada por un test ad hoc, el Berliner Intelligenz Struktur Test. Según los autores, se trata de medir la capacidad de los sujetos en observación para “producir un trabajo que sea innovador y tenga sentido”, lo que los autores definen con el término de “divergent thinking”[2] (pensamiento divergente).

Es tentador establecer un vínculo entre arte y enfermedad, entre creatividad y locura, pues han sido tan prolíficos los locos geniales. En la introducción de su libro Maux d’artistes (Males de artistas), Sebastián Dieguez se pone en guardia contra cualquier tentación de “reducir o de explicar una obra particular por la enfermedad de su autor, y menos aún del arte en general, ni tampoco la genialidad, por la neurología y la psiquiatría”.

Pronto volveremos a hablar de este excelente libro. Entre tanto, no olvidemos que otros artistas gozaban de cabal salud. A menos que su locura no se haya limitado a sus receptores D2.

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[1] Imagerie par Résonance Magnétique (Impresión por Resonancia Magnética)

[2] Divergent thinking o pensamiento divergente, es un proceso o método que se aplica generalmente con objeto de generar ideas. Se usa a menudo para propósitos de creatividad y resolución de problemas junto con el “convergent thinking” (pensamiento convergente) el cual reúne información enfocada en resolver un problema (especialmente problemas que tienen una sola solución correcta). N. de T.

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