viernes, 28 de octubre de 2016

Personas de justicia


23 de Noviembre, 2017
Por Hasardevi

Ralph Waldo Emerson decía: "El buen temperamento es muy apreciado, pero queremos justicia con un corazón de acero para combatir a los soberbios". Si sólo se es simpático, aquellos que son arrogantes y despóticos tendrán vía libre para hacer lo que quieran. Sólo aquellos que luchan con el corazón de acero son personas de justicia. 
 Daisaku Ikeda



Es agradable ser considerado simpático por los demás; tener buen talante y ser flexible, atrae simpatías. Por otra parte, no sobra ni cuesta trabajo ser educado y mostrar consideración al otro. Respetar es una obligación y forma parte de una saludable convivencia.

Pero hay límites. No queremos ser tratados de intolerantes pero no podemos simplemente tolerarlo "todo". A este respecto, el filósofo Karl Popper dijo respecto a "la paradoja de la tolerancia": 


La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada, incluso para aquellos que son intolerantes, y no estamos preparados para defender una sociedad tolerante contra el impacto de los intolerantes, lo que sigue es que el tolerante será destruido, y la tolerancia con él. (...) Debemos reclamar el derecho a eliminar a los intolerantes, si es necesario, incluso por la fuerza (...) Por tanto, debemos reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes.
Una paradoja en verdad. Sin embargo no habrá que llegar a la "eliminación"; con combatir a quienes desean imponer una sola visión del mundo, que además resulta injusta para la mayoría, es suficiente. Y ese combate no ha de ser necesariamente violento o ejerciendo la fuerza.

Es atributo del ser humano la capacidad de articular un lenguaje, de disfrutar el arte y la cultura. Tal condición, le otorga al género humano, según creencia de muchos, el derecho a dominar a todas las otras especies. Quizá de aquí parte el error. No se trata de dominio, mucho menos de derecho sobre algo o alguien más. No importa si los otros seres sensibles no tienen el don de la palabra y parecen incapaces de producir arte y cultura. Al que detenta el "don", toca la mayor responsabilidad. El respeto a la dignidad de la vida es irrestricto. 

Hoy en día, se habla incesantemente de la "tolerancia". Tolerar no necesariamente significa respetar; es el caso cuando se trata de "soportar", de permitir o admitir algo que no se aprueba o con lo que realmente no se está de acuerdo. Así, se puede tolerar cierta orientación sexual, conducta o lenguaje, sin agredirle o censurarle, sin que por ello se esté de acuerdo con éstos. La otra acepción es más bien negativa, ya que implica el disimulo ante situaciones que pueden incluso ser ilícitas. En el primer caso, aunque sin convicción, la tolerancia es preferible a que se desconozca abiertamente el derecho de los demás a ser, a manifestarse o expresarse. Por supuesto, nadie está obligado a tolerar la grosería, la mentira, el abuso, etc.

Pero el respeto verdadero hacia el otro, entraña la certeza de que todos los seres humanos están dotados de una dignidad, de que existe una igualdad y un derecho al trato equitativo. Adquirir esa certeza forma parte de un refinamiento del intelecto, se llega a través de un genuino desarrollo espiritual.

Por otra parte, el humanista mexicano Alfonso Reyes decía: 1) Rigor en lo esencial; 2) tolerancia en lo accesorio; 3) abandono de lo inútil. Esto es, sólo lo secundario es tolerable. En lo esencial se debe ser riguroso. Creo que se puede convenir en que la justicia es esencial.

Herbert Vere Evatt , quien colaboró con la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dijo:  "Por cierto, queremos la paz, pero una paz con justicia social, una paz que otorgue a los pueblos de todas las naciones oportunidades positivas para vivir existencias plenas y felices". 

Con respecto al tema de la tolerancia y el respeto, a la luz de lo dicho por Herbert Vere Evatt, el Dr. Daisaku Ikeda, filósofo Budista, expresó lo siguiente:  "Estas palabras tienen mucho en común con nuestro ideal de construir la paz a través de sostener principios correctos. La verdadera paz es inseparable de la justicia, y por eso debemos luchar resueltamente contra las fuerzas negativas que la obstruyen y hacen sufrir a las personas. El bien debe prevalecer. Lo que ansío, más que ninguna otra cosa, es crear una época así".

Las diferencias en los seres humanos son enriquecedoras, sin embargo, parecen suscitar temor, y el miedo, es mal consejero. Si no es posible la verdadera aceptación, el respeto, vale la tolerancia, sobre todo, en lo "accesorio". Pero de ninguna manera se debe tolerar la injusticia, el abuso, la mentira. Eso es "esencial" y se debe ser riguroso. 

Tolerar, cuando no se puede aceptar, respetar, la diferencia, sí. Pero jamás despreciar.
El filósofo Ikeda dice: "La verdadera amistad se nutre a través de la magnanimidad de aceptar y respetar las diferencias." Esto puede también interpretarse como "La paz se nutre a través del respeto y aceptación de las diferencias. 

Sin embargo, en la medida en que defendemos los principios de la tolerancia y el respeto, es indispensable que nuestro corazón sea capaz de detectar y combatir la soberbia del tirano y combatirla, jamás tolerarla.

martes, 25 de octubre de 2016

Trascender diferencias


Por Hasardevi
Octubre 25, 2016




Foto: Boston, Massachusetts por Hasardevi

¿Cómo partir de la nada? Si el tejido social se ha deteriorado tanto, algunas veces al grado de haberse roto, la pregunta surge sobre una mirada angustiante ante lo incierto del futuro de la humanidad.

Crear valor, aún en la peor situación posible, es el reto.

¿Será posible que podamos sentirnos optimistas ante perspectivas más bien limitadas y el avizorar sombrío del futuro inmediato para el planeta? ¿Tiene caso pensar en luchar por mejorar el mundo cuando el margen de acción parece ser tan  estrecho?

Aparentemente los gobiernos y la economía son quienes rigen el mundo; el poder que el resto de la población (se habla del 1% privilegiado y el 99% restante) ha depositado en los que dirigen los destinos del planeta parece haber rebasado lo ideal.

Sin embargo, en diversos puntos del orbe, se busca regenerar el tejido  social, derribar los muros del prejuicio y rebasar los sentimientos de animadversión. Estas no son tareas aparatosas o que requieren impresionantes montos de dinero. Una buena idea y un grupo pequeño pero bien intencionado hace la diferencia. En realidad estos grupos organizados existen, no los vemos a menos que el reflector de los medios los señalen, o aparezcan en las redes o se les otorgue algún premio o reconocimiento.

Pero los esfuerzos cotidianos y desinteresados de gente comprometida socialmente, están ahí, esperando a ser notados por más personas que decidan unir su trabajo y esfuerzo para el bienestar común.

Por algo se empieza... se dice siempre. Ese algo será lo más cercano, aquello sobre lo que sí tenemos absoluto poder: nosotros mismos. Podemos comenzar por analizar nuestras respuestas ante "el otro". Una parte importante del problema es el prejuicio. Pero antes que el prejuicio están "los supuestos" y éstos, a menudo son falsos. Bien mirado, es a partir de estas suposiciones, siempre incompletas, como surge el concepto de "enemigo".

Las diferencias provocan desconfianza, incluso asustan. En lugar del regocijo ante lo nuevo y diferente, invade un sentimiento de recelo. Las definiciones tajantes sobre algo como "bueno o malo". gestan el conflicto, la clasificación del otro. Y el conflicto crece cuando no se hace nada por sobreponerse al temor.  Se debe escoger la acción por encima de la indiferencia. Lo primero es reconocer en el otro su humanidad que en nada difiere de la nuestra. Sin importar cuantas divisiones existan, si nos disponemos a construir puentes, y a no quedarnos con la primera impresión basada en suposiciones, es muy posible que el "enemigo" se convierta en un verdadero amigo cuando se descubren coincidencias inesperadas a través del diálogo. Ganar esta primera batalla librada en el interior de las personas, lleva a subsecuentes victorias, no sobre los otros, sino "con" los otros.

viernes, 23 de septiembre de 2016

El Poder Restaurador de la Filosofía


Introducción, resumen y traducción por Hasardevi
Septiembre 23, 2016

"Quiéralo o no, las circunstancias afectan al individuo, pero el filósofo que existe dentro de sí le permite adoptar una perspectiva más conveniente y sana". Lou Marinoff


El valor de la filosofía no yace en soluciones decorativas, sino en definir las dificultades y sugerir los métodos para lidiar con éstas.

John Dewey (1859 - 1952)

¿Cómo restaurar nuestra humanidad? ¿Cómo lidiar con las realidades de estos tiempos? Se conocen los beneficios de las terapias psicológicas para ayudar a que las personas resuelvan problemas interiores y se enfrenten al día a día. Pero ¿qué papel juega la filosofía en la cotidianidad? Estamos familiarizados con el concepto de orientación psicológica, pero la “orientación filosófica” es un concepto relativamente novedoso, no obstante que en la antigüedad la filosofía ya jugaba un papel fundamental.


Se conoce también como “práctica filosófica”, y data de finales del siglo XX; los profesionales de la orientación filosófica deben tener un doctorado o como mínimo una maestría en la materia y asesoran en consultas filosóficas a quienes buscan una comprensión filosófica de sus vidas, problemas sociales, y también, problemas mentales.

 Es verdad que la filosofía se ha considerado por sus practicantes desde tiempos antiguos como una forma de “terapia del alma” como lo llamaba Epicuro, y para él los argumentos de un filósofo eran vacuos si no aliviaban algún sufrimiento humano. Para los estoicos la filosofía era “aprender el arte de vivir bien” y Sócrates más que enseñar conceptos utilizaba la filosofía para alentar a sus compañeros de diálogo a examinar su forma de pensar y actitud respecto a innumerables temas.

La filosofía es vista por Descartes como una “práctica de sabiduría” y Nietzsche por su parte, esperaba al “médico filósofo” que tuviera el coraje de proponer que lo que estaba en juego en todo filosofar no era la “verdad” sino algo más, digamos, la salud, el futuro, el crecimiento, el poder, la vida”.

El filósofo y matemático Ludwig Wittgenstein pensaba: "¿de qué sirve la filosofía? si lo único que hace es que alguien pueda hablar correctamente acerca de algunas cuestiones de difícil comprensión, pero no mejora la forma de pensar acerca de las cuestiones importantes de la vida cotidiana".

Finalmente, el gran filósofo de la educación John Dewey, escribió que la filosofía mostraría su verdadero valor “sólo cuando deje de ser un dispositivo para hacer frente a los problemas de los filósofos y se convierta en un método -cultivado por los filósofos- para lidiar con los problemas de la gente.” “Al parecer, los consejeros filosóficos han aceptado el desafío de sacar la filosofía de las salas de conferencias y llevarla al mundo real” (Peter B. Raabe).

En el programa a mi cargo, Del Caos al Cosmos, digo con frecuencia que "hay que hacerse las preguntas correctas", al menos hay que hacerse preguntas, el constante cuestionamiento de la realidad, del statu quo, de nuestras creencias de por vida, ayuda a llegar a importantes descubrimientos sobre nosotros mismos, sobre nuestro entorno. Los filósofos practicantes, dice Marinoff, buscan que la gente se de cuenta de su inmenso potencial. Menciona también que esta asesoría no diagnostica, sino que ayuda a que la gente se "haga preguntas"; a través del diálogo, ellos no diagnostican, empero lo que saben hacer es "la forma correcta de preguntar". Una gran ayuda creo yo. Y aquí la pregunta que da lugar a esta entrevista que espero platee las preguntas necesarias para desear entender mejor nuestra vida, nuestro mundo:


¿Tiene la filosofía un poder restaurador?



Para Lou Marinoff, profesor de filosofía en El City College de Nueva York y presidente fundador de la Asociación Americana de Practicantes de la Filosofía, sí, lo tiene. Marinoff es autor de varios libros, entre otros el bestseller Más Platón y Menos Prozac, y El Camino del Medio; y es también coautor de “El Filósofo Interior: Conversaciones sobre el Poder Transformador de la Filosofía”, diálogo con el Presidente de SGI, Daisaku Ikeda.
El siguiente es un extracto editado de una entrevista entre el Prof. Marinoff y Masao Yokota, Consejero Decano del Centro Ikeda para el Aprendizaje y Diálogo por la Paz, en Cambridge, Massachusetts, USA.

 ¿Qué es la orientación filosófica y cómo se diferencia de la orientación psicológica?

El crecimiento de la psicología en el siglo 20 fue en parte el crecimiento de la orientación psicológica, que nunca antes había existido. El primer laboratorio de psicología se abrió en Alemania en la década de 1870. Pero sólo después de la Segunda Guerra Mundial es que 
los psicólogos empiezan a aconsejar a las personas. Los Filósofos, sin embargo, han estado dialogando desde la antigüedad. Así que no es nuevo para nosotros.

La principal diferencia para nosotros es que la mayoría de los psicólogos tienden a concentrarse principalmente en las emociones. Si la gente está molesta, enojada, 
deprimida; quiere hablar de sus emociones y sumergirse en ellas. Los filósofos están más interesados en la razón. A corto plazo, las emociones son muy poderosas. Pero en el largo plazo, la razón es el agente más potente. Esa es una forma de entender la diferencia.

En el asesoramiento filosófico contemporáneo, se ha hecho uso de los métodos antiguos de todo el mundo. Tenemos profesionales en tantos países ahora mismos que están regresando a la sabiduría de las bases tradicionales, ya sea en Grecia con los estoicos o los epicúreos o los platónicos o los socráticos-todos ellos tienen buenos métodos para tratar con los problemas. También en Asia, hay maravillosas tradiciones como la tradición budista, taoísta, la tradición confuciana para trabajar con problemas filosóficamente. Todas estas corrientes son relevantes en la actualidad. La filosofía es muy poderosa y siempre de actualidad. Pero la gente ha perdido el contacto con ella.

A esto se agregan los medicamentos que muchas veces se recetan, lo cual se convirtió en un gran negocio en la última parte del siglo XX y en este siglo. Los psicólogos son parte de este sistema de la medicina en el que se diagnostica a las personas y el diagnóstico no siempre tiene qué ver con problemas médicos pero se droga a la gente. Es importante medicar adecuadamente. Pero creo que el poder de la mente, que es lo más importante, se ha descuidado. Los filósofos practicantes están haciendo a las personas más conscientes del poder de la mente y los recursos que provienen de ésta.

¿Cuáles son los problemas típicos entre las personas que les consultan?

Sobre muchas cosas. Las personas que pasan por un cambio de carrera es un gran problema ahora en los EE.UU., porque muchas personas que ya están en su quinta década de vida están siendo despedidos. Ellos lo llaman "reducción de personal." Por lo tanto la gente tiene que reinventarse a sí misma. En el pasado, si usted tenía un título de ingeniería y había sido contratado por una empresa, tenía un trabajo para toda la vida. Ahora las cosas están en constante cambio. Así que la gente tiene que ser más autosuficiente y más “emprendedora”.
El otro tipo de problema que vemos mucho está basado en las relaciones personales. Estos son los problemas que nunca desaparecen.

¿Cómo debería lidiar la gente con el problema de cambio de carrera?
En la Universidad nos hacemos estas preguntas:  "¿Cómo podemos educar a la gente para el futuro?" Pero nadie sabe, debido a que los cambios en la tecnología se suceden demasiado rápido. En los viejos tiempos, se podía decir, "esta educación será buena para una generación." Ahora no sabemos. Las humanidades son más estables, pero no hay tantas oportunidades. Este es otro problema. La tecnología está impulsando a los gobiernos. La mayoría de los políticos piensan que todo problema se solucionará con la tecnología. Las humanidades también están bajo asedio en las universidades y esto no es bueno. Las personas están perdiendo contacto con sus propias raíces humanas.

En los EE.UU. por ejemplo, han eliminado la escritura cursiva. La gente solía sentarse a escribir cartas, ahora sólo están los mensajes de texto. Si no se utiliza el lenguaje de una manera profunda, tampoco se piensa de una manera profunda. Esto es parte del peligro. La gente está pensando de una manera muy superficial.
Si observamos esto como fenómeno social, encontramos que los jóvenes hoy en día son muy propensos a confundir la apariencia con la realidad. Creen que la forma en que las cosas aparentan ser, así son. Esto es un gran error. Platón, en La República, Libro VII, presenta la alegoría de la caverna. Es la alegoría más famosa de la filosofía occidental, y el punto es distinguir entre apariencia y realidad. Tenemos que desarrollar nuestra mente para comprender la realidad, pero eso requiere de mucho trabajo. Es muy peligroso permitirnos ser engañados por la apariencia. Y hoy vemos a los jóvenes creer que la apariencia lo es todo. Esto es preocupante.
¿Cuál sería un primer paso práctico para restaurar el tejido social?
Todo el mundo puede hacer algo. La gente siempre tiene el poder para hacer algo. En realidad, las personas tienen más poder de lo que piensan, pero no saben cómo ejercerlo. También hay que trabajar para organizar a la gente. Cada cual por su cuenta  puede hacer muchas cosas, pero en última instancia, el cambio social será provocado por la acción colectiva. Y eso requiere organización de base. Así que: dos cosas, la gente tiene que aprender a cuidar de sí misma y vivir una vida saludable, ayudarse a sí misma y a las personas que le rodean. El segundo paso tiene que ser un gran compromiso con la sociedad para trabajar juntos y lograr un cambio positivo. Por lo tanto, lo primero es contar con quienes van a organizar esto.

Poseemos un increíble poder para cambiar nuestro mundo. Así que la gente necesita entender su propia energía, el poder que tiene para crear su propio mundo, crear su propia realidad. Esa es una vieja enseñanza budista, desde los antiguos: Como usted piensa así, así llegará a ser, este concepto proviene de la Dhammapada, un texto Theravada. Esta idea consiste en que nosotros somos capaces de co-crear la realidad de acuerdo con nuestro pensamiento. Somos el único animal que puede hacer esto. Lo que los consejeros filosóficos desean es que la gente sea más poderosa. Esa es una diferencia entre nosotros y los psicólogos. Nosotros estamos dialogando; no diagnosticando. De todos modos no estamos calificados para diagnosticar. Pero estamos calificados para hablar con la gente y hacer una investigación general. ¿Qué saben de esto los filósofos? En realidad nada, sólo la forma de preguntar.
Parece que cuando ganamos una nueva tecnología, también perdemos algo como cultura. Por ejemplo, hemos ganado con la alfabetización, pero hemos perdido la capacidad de almacenar grandes cantidades de información en la memoria. La pregunta es, entonces, ¿qué estamos perdiendo a medida que avanzamos hacia una civilización más estable, más próspera?

Perspectiva, creo que estamos perdiendo la perspectiva de las cosas. La tecnología digital es muy rápida. Tal vez eso es bueno. Pero la gente también pierde la paciencia porque se ha condicionado a esperar que todo sea inmediato e instantáneo.
Así, esperan que el rendimiento y los logros sean inmediatos. Ese es el mantra-Americano: rápido y fácil. "Rápido" significa inmediato y "fácil" significa sin ningún esfuerzo. Pero no se puede vivir la vida de esta manera. El punto es que el florecimiento de la humanidad ha sido y es un proceso. Las cosas que valen la pena tomar tiempo a veces. Las cosas que más valen la pena, toman aún más tiempo.

Vivimos en un momento muy difícil. El verdadero desafío es no perder nuestra humanidad en medio de  toda esta tecnología. Tenemos que trabajar siempre sobre la cuestión del valor. ¿Qué significa ser humano y cómo vivimos una vida significativa? Siempre, siempre hay que hacernos esta pregunta.
¿Cuál es una forma saludable de responder a la crisis?
Una crisis puede ser muy grave. Pero hay otra parte de una crisis que siempre va a ser una oportunidad para el cambio positivo. La gente no puede perder de vista el peligro,  pero también enfocarse en la oportunidad.

En griego tienen una mejor palabra para la crisis: catarsis, es decir, una purificación y restauración. De modo que una crisis es también una transformación. No es sólo algo malo. Comienza como un fuerte choque, pero si se mantiene la visión de que se trata de una transformación en potencia, entonces se puede dar forma a la dirección que van a seguir las cosas a partir de ahí. No se puede cambiar la crisis, pero se puede cambiar la ruta a partir de la crisis.
 Hay que ver las cosas en una forma en que podamos decir: “Está bien, esto no sirve, pero algo más debe servir." Tiene que haber algo positivo. Hay que encontrar lo bueno, enfocarse en lo bueno y luego hacer buenas causas. Creo que siempre tenemos esa posibilidad. Eso no tiene nada que ver con la realidad material. Es sólo un estado de ánimo. Un estado mental.
En cualquier situación, en principio, se tiene la capacidad de encontrar algo bueno en ella, para ir hacia adelante de una manera positiva. Eso hace una diferencia para usted, y hace una diferencia para las personas que le rodean porque se establece un ejemplo.





domingo, 14 de febrero de 2016

« Je suis l’ami et l’allié de toute l’humanité »

Aimer et s’occuper de ses amis est l’incarnation directe de l’esprit du bouddha.

Vers l’entente et la compréhension mutuelle
Le dialogue est une symphonie de cœur à cœur. Il peut créer une dynamique de progression, une harmonie fondée sur la confiance mutuelle et une mélodie caractérisée par une grande créativité

L’amitié est au cœur du bouddhisme

Le royaume du bouddhisme est entièrement libre de toute forme de discrimination ou de bigoterie. C’est un monde brillant et encourageant fondé sur l’amitié et l’égalité. Shakyamuni a rejeté le système des castes de son époque, s’adressant chaleureusement à tous sans distinction comme ses « bons amis » quand il enseigna la Loi. « Je suis l’ami et l’allié de toute l’humanité » – c’était la déclaration dominante de Shakyamuni. En fait, le mot pali1 pour compassion ou bienveillance affectueuse est metta, signifiant à l’origine amitié. Aimer et s’occuper de ses amis est l’incarnation directe de l’esprit du bouddha.
(Daisaku IkedaL’amitié est le plus beau chant de la vie, D&E-février 2007, 105.)


Vivre des amitiés enrichissantes 

« Par conséquent, la meilleure façon d’atteindre la bouddhéité consiste à rencontrer un ami de bien. Jusqu’où peut nous conduire notre propre sagesse ? Si nous avons juste assez de sagesse pour distinguer le chaud du froid, nous devrions rechercher un ami de bien. » 


Chaque être humain, indépendamment de son ori- gine ethnique, sa culture ou son sexe, a un poten- tiel d’une richesse illimitée. On pourrait dire que la fonction de la société est précisément d’amener ces potentialités à s’épanouir. La création d’une société de ce genre est en elle-même « la paix dans le pays » 

jueves, 11 de febrero de 2016

La Amistad


Foto por Hasardevi
Por Daisaku Ikeda
Febrero 11, 2016
[Extracto de “La amistad y el enfoque de la vida que se forja durante la juventud”, perteneciente a la serie “Conversaciones sobre la juventud: Para los protagonistas del siglo XXI”, publicado el 23 de octubre de 1996, en el Koko Shimpo, periódico de la División de Estudiantes de Segunda Enseñanza Superior de la Soka Gakkai y tomado de SGIQ.]
"La amistad es lo más noble y hermoso. ¿Qué puede haber que brinde más fuerza a nuestra existencia? Constituye el tesoro más preciado que nos brinda la vida. Uno podrá tener mucha fama o riquezas, pero la vida que se transita sin amistades resulta árida y desconsolada. Acaba siendo una existencia egocéntrica, orientada a desviarnos del camino correcto.”
"Nacimos en este diminuto planeta situado dentro de un vastísimo universo, para compartir este preciso momento de la vida cósmica. Entre los cinco mil millones de personas que habitan esta Tierra, constituye un raro hallazgo encontrar a alguien con quien poder establecer un lazo humano transparente y libre de opacidad. Alguien con quien uno pueda expresarse tal como es, auténtico y sin temores, para gozar de una comunicación profunda, de corazón a corazón, sin tener que enredarse en explicaciones que todo lo complican.”
"En todos los casos, recuerden que la clase de relaciones humanas que se establezcan dependerá sólo de ustedes. No interesa ‘cómo son los demás con uno’, sino ‘cómo es uno con respecto a los demás’. Nunca sean esa clase de personas que sólo está en las buenas y desaparece en cuanto surge el menor contratiempo. Sean cuales fueren las circunstancias, por favor, permanezcan siempre junto a sus amigos, con lealtad invariable.”
"Las relaciones humanas muchas veces son como la imagen que nos devuelve el espejo. A veces, uno piensa: ‘Ah, si él fuese menos agresivo, yo podría abrirme más’, ‘si ella no fuese tan hostil conmigo…’. Pero, al mismo tiempo, esa otra persona también se está preguntando: ‘¿Por qué tendrá que ser tan cerrada? Si se abriera un poco más, yo podría hablarle de un modo más amable…’. De ahí la importancia de que sea uno mismo el que entable el diálogo. Si, a pesar de eso, los tratan con frialdad, consideren que la persona realmente digna de lástima es la que actúa de esa forma. Por supuesto, hay situaciones en que los sentimientos superan toda posibilidad de control. En el corazón se producen movimientos y cambios que, a veces, no conseguimos manejar. Entonces, ¿qué hacer? Mi consejo es que no cambien sus principios de rectitud, que mantengan firme su individualidad, con la postura de no transigir, aunque los demás cambien. Aunque los ofendan o los defrauden humanamente, tengan la fortaleza y la integridad de jurarse que jamás harán sentir a otros como les ha tocado sentirse a ustedes.”
"Las escrituras budistas revelan que el buda Shakyamuni siempre tomaba la iniciativa para dialogar. Uno necesita ser fuerte para sostener una vida de diálogo. Por otro lado, nadie puede estar totalmente a salvo de la traición; es parte de la vida.”
"Si bien uno se siente muy herido en sus sentimientos cuando le sucede algo así, tiene la posibilidad de entablar nuevos lazos de amistad con otras personas. Lo que no quisiera es que su corazón se cerrara y dejaran de creer en los demás. Es verdad que si uno no confía en nadie, tampoco correrá el riesgo de ser traicionado ni tendrá motivos para temer a la traición. Pero terminarán encerrando su vida en los estrechos confines de su propio mundo. En realidad, sólo el que ha pasado por los dolores más amargos puede abrazar a la gente con auténtica generosidad. Por eso no me canso de decirles que tengan fortaleza de espíritu. Y, si no, fíjense en el Sol: no toda la luz que irradia se refleja en las estrellas que brillan gracias a su luminosidad. También hay muchos rayos que llegan a lugares donde la luminosidad no tiene utilidad alguna. ¡Cuánta luz desperdiciada!, uno podría pensar. Pero el Astro Rey sigue inmutable, irradiando todo ese caudal de brillo sin escatimar nada. Alguien rechazará la luz de amistad que le ofrecen, por qué no, pero es probable que esa persona se aleje del camino de ustedes. Sin embargo, lo que quiero que rescaten es otro aspecto: que cuantas más luces ofrezcan a los demás, más brillará la vida de ustedes mismos. Lo importante es que sigan avanzando por el camino que hayan elegido transitar, sin pensar en lo que puedan decir los demás. Mientras se mantengan imperturbables, fieles a ustedes mismos, llegará un momento en que los demás comprenderán el sincero esfuerzo que han estado realizando.”
"La influencia que ejerce un amigo a veces es muchos más poderosa que la de los padres o cualquier otra persona cercana. Los buenos amigos, los que buscan permanentemente su propia superación y desarrollo, actúan como un incentivo para que uno mismo busque superarse en la vida.”
"Las amistades insuperables son las que se asientan en una profunda camaradería, en una convicción compartida, en las mismas nobles metas y en semejantes principios.”
"¿Quiénes están en condiciones de ser buenos amigos de los demás? Sólo las personas de convicciones, de espíritu autónomo, capaces de emprender la acción por sí mismas y de avanzar sin dudas por el camino que escogieron. Sólo esta clase de individuos podrán sentar las bases de una amistad verdadera. Los bosques de bambú tienen un encanto muy particular en otoño. Cada uno de los tallos se dirige, en línea recta y sin titubear, bien erguido hacia la bóveda celeste. Pero en la profundidad de la tierra, todas las raíces se entrecruzan y establecen contacto unas con otras. ¡Qué bella imagen! Como sugiere el bambú, la amistad auténtica no implica dependencia. Es una relación que marcha con la consigna de preservar la individualidad y la autonomía humana. Es una coalición de almas, firme pero invisible, entre seres humanos en pleno ejercicio de su autonomía. Por lo tanto, la amistad queda enteramente supeditada al modo de comportarse que cada individuo exprese en su vida particular.”