Si no vivimos plenamente ahora, no en algún momento en el futuro, nunca lograremos concretar una vida verdaderamente realizada. En lugar de posponer las cosas para el futuro, debemos encontrar el sentido de la vida; pensar y hacer lo que es más importante ahora mismo, justo donde estamos, y encendiendo la llama de la pasión en nuestro corazón que ilumine nuestra vida. De lo contrario, no podremos llevar una existencia inspiradora.
Daisaku Ikeda.
Por Hasardevi
Febrero 6, 20149
El momento presente, es el gran tesoro que todos tenemos siempre. "A partir de ahora", "De aquí en adelante", "Aquí, ahora", el instante divino... El poema de William Blake describe así el momento de gozo:
He who binds to himself a joy
Does the winged life destroy;
But he who kisses the joy as it flies
Lies in eternity's sun rise.
(Quien a sí mismo encadena una dicha
Destruye la vida alada.
Pero quien besa a la dicha mientras vuela
vive en el alba de la eternidad.)
No obstante, nuestra naturaleza impulsa al apego, más allá del momento presente quizá. Vivir el mero momento no es tampoco lo recomendable, sin cabal comprensión de que momento a momento la vida se dibuja y va dejando huella de todo, con inevitables consecuencias, podría resultar en una vida superficial y sin conciencia. ¿Cómo equilibrar entonces el desapego y hacer arder la flama de la pasión en nuestro corazón? ¿Cómo vivir a tope el presente sin descuidar el futuro?
Al respecto dice Kazuo Fujii(1): "Hay dos maneras de abordar la vida. La primera es lidiar con una situación, hacerle frente; la segunda es desafiarnos a cambiarla. La situación es la misma, pero los resultados son diferentes. 'Lidiar' se relaciona con el pasado y nuestras experiencias y conocimiento pasados. Es una actitud conservadora, limitada, restringida, pasiva, defensiva, dependiente. No hay visión ni esperanza. En realidad, en el Budismo no existe tal pasividad. El Budismo se trata del cambio. Transformarnos a nosotros mismos, a la sociedad y a la humanidad para bien. La vía para el cambio es la determinación basada en la sabiduría. El cambio es una proyección hacia el futuro. Es positivo, creativo, independiente, es acometer y buscar. Es una actitud de gran esperanza y visión. Enfrentar solamente, es una proyección del pasado hacia el presente. Cambiar es proyectar el presente hacia el futuro. Podemos escoger. La diferencia entre una vida ordinaria y una vida grandiosa depende de nosotros."
El Filósofo Daisaku Ikeda hace un llamado constante a vivir una vida creativa y a saber "crear el momento", crear justicia donde no la hay, oportunidad y esperanza, donde parece no haber sino desolación. A desafiarnos constantemente viendo los problemas y sufrimientos de la vida como olas en donde el experimentado surfista se deleita.
Ciertamente, el Budismo insta a no encadenarse al apego y a trascender lo mundano; sin embargo, el Budismo Mahayana, ve al deseo como el medio a través del cual es posible lograr la iluminación. "La esencia de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto es
que uno debe descartar los deseos mundanos, despreciar los sufrimientos
del nacimiento y la muerte y buscar la iluminación y el nirvana fuera de
ellos, en otro lugar. El espíritu del Sutra del loto es que los deseos mundanos son la iluminación y que los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana". (2)
Los deseos mundanos son componentes inherentes a nuestra humanidad. "Un apego, así como suena, es una sujeción que nos mantiene 'atados' en algún aspecto de nuestro corazón"(...)"No es cuestión de erradicar los apegos, sino de verlos claramente. En
otras palabras, nuestra práctica budista nos permite discernir la
verdadera naturaleza de los apegos –en lugar de llevarnos a abandonar
los deseos mundanos— y hace que podamos utilizarlos como fuerza motriz
para ser felices". (3)
(1) Citado por David Share en ¿Luchando para hacer frente?
(2) NICHIREN : Gosho zenshu
(3) IKEDA, Daisaku: Disertación sobre los capítulos "Hoben" y "Juryo" del Sutra del loto.