A pesar de todas las polémicas suscitadas por el recalentamiento climático, cada nueva expedición científica lo demuestra : de aquí al 2020 o 2030, ya no habrá hielo, en verano, en el Polo Norte. ¿Por qué es tan importante este hielo ? ¿Cual es el problema que plantea su fusión ?
El equipo del Catlin Arctic Survey, un instituto británico especializado en la vigilancia del Ártico, ¡tiene agallas ! Ha medido las capas de nieve y de hielo en el Polo Norte y ha recorrido a pie y ¡nadando ! 11 kilómetros por día durante tres meses. En octubre de 2009, los exploradores han dado a conocer los resultados de sus mediciones : lo esencial del hielo presente en el Ártico se había formando en el curso del año anterior y su espesor no excede de 1,80 metros. Es decir que la capa de hielo es demasiado fina para resistir la fusión del verano. Estos datos hacen predecir a los científicos del Catlin Artic Survey que en el 2020, ya no habrá nada de hielo, en verano, en el Polo Norte. En 2008, la National Snow and Ice Data Center, un organismo de investigación sobre el clima en los Estados Unidos, aportaba datos similares, con un pequeño matiz. Tras haber recopilado los datos entre 1998 y 2008, el instituto preveía una ausencia de hielo para 2030, es decir 10 años más tarde. Y si se remonta más en el tiempo de las previsiones, las fechas que anuncian el fin del hielo en el Polo Norte retroceden todavía más. Dicho de otra manera, cuanto más avanza el tiempo, más se acerca la fecha de la fusión total del hielo del Ártico, en verano.
“Desde hace 15 años, cada vez que hacemos previsiones, somos superados por la realidad”. Declara Catherine Ritz, del Laboratorio de glaciología de Grenoble. El problema, es que el Ártico es el “climatizador” del hemisferio Norte, y un Ártico helado juega un papel central en el clima del planeta, y esto por varias razones.
“La banquisa está cubierta de nieve por tanto refleja los rayos del sol. Estos vuelven al espacio, por tanto menos calor para la Tierra”, precisa Catherine Ritz. Además la banquisa tiene efectos sobre la circulación oceánica. Ahí, el fenómeno es un poco más complicado. Cuando la banquisa se forma sobre el mar, una parte de la sal es expulsada alrededor, por el contorno. La concentración de sal del océano aumenta cerca de la formación de la banquisa. Esta agua cargada de sal es más pesada que el agua de mar “clásica”, así ella “se sumerge”, fluye al fondo del mar.” Según Catherine Ritz, “esta inmersión de agua en al Atlántico Norte es “la” bomba de la circulación termohalina (1) del agua sobre la tierra. Es ella la que hace la circulación profunda del océano global”. Por lo tanto, si esta disminución disminuye por insuficiente formación de hielo, hay también menos corrientes de superficie. Son otras tantas corrientes cálidas que no remontarán hacia Europa. Por esta razón los investigadores piensan que el calentamiento climático podría enfriar el continente.
La fusión del hielo en el Ártico está por tanto lejos afectar únicamente a esta región. Además, todos los modelos de evolución del clima la tienen en cuenta para hacer previsiones a escala mundial.
(1) Circulación vinculada a la temperatura y a la salinidad de las masas de agua. Una vez sumergida, el agua se calienta en los trópicos y vuelve a subir a la superficie, donde se enfría. Una molécula de agua necesita 1000 años para efectuar el circuito completo.
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