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Esto dice el director de cine húngaro Bela Tarr. Una visión cruda, palabra sin concesiones, pero que se acerca cálidamente en su humanidad compartida. Aquí algo de lo que responde en la entrevista que le hacen en La Jornada. En el link de abajo se puede leer el artículo completo.


"Voy a abrir una escuela y me convertiré en productor para proteger a algunos cineastas jóvenes de esta industria que siempre está ordenando a los directores qué hacer"

“No pienso en si he aportado algo al cine, simplemente las veo como películas, películas donde puedes ver personas y cómo se hablan con los ojos unos a otros, cómo aman y pelean por la vida... cómo mueren. Cuando te enfrentas con la realidad, ahí no eres un cinerrealizador: eres otro ser humano que quiere entender y necesitas empatía para entender a la otra persona, porque tú eres un poco él o ella. A mí no me importa la parte de filmar ni la fama, sólo el impulso de compartir lo que veo, lo demás no me importa... lo mejor de todo es que aquí en Morelia están proyectando mi primera película, que se hizo hace 34 años, y la gente joven la está viendo. Nada importa cuando ves a estas personas viendo a otras personas en la pantalla; después de eso no hay nada".




La Jornada: Aprendí que no puedo cambiar el mundo con una estúpida película

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