por Hasardevi
En una entrevista que me otorgó la Dra. Patricia
Galeana, historiadora, escritora, Fundadora del Museo de la Mujer, primero en
México, y actualmente Directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos
de las Revoluciones de México, sintetizó estupendamente el significado del 8 de
Marzo, así como sus orígenes e importancia. Dijo, que la Organización de
Naciones Unidas designó dicha fecha como día Internacional de la Mujer, por ser
un día de reflexión, para llamar la atención de todos los Estados miembros de
la ONU sobre un tema específico(la lucha de la mujer en busca del reconocimiento
de la equidad de género y de su participación en todos los ámbitos de la vida
humana). Clara Setkin, de nacionalidad alemana, quien luchaba por los
derechos femeninos, propuso que se estableciera el Día Internacional de la
Mujer Trabajadora. Otro caso emblemático ligado a esta fecha es el de las
luchas reivindicatorias por los derechos laborales debido a 146 mujeres que
murieron calcinadas en una fábrica textil de NY en 1911, en los Estados
Unidos de Norteamérica.También, otras luchas como el domingo rojo en que las
mujeres pedían pan frente al palacio de Invierno y fueron reprimidas, figuran
entre los antecedentes de este día instaurado por la Asamblea General de la ONU
en 1977.
La plática sostenida con ella en esa oportunidad, me aclaró muchas otras cosas respecto a la lucha de las mujeres por la equidad de género, por lo cual le estoy agradecida.
Por mi parte, he llegado a la conclusión de que el sentido e importancia del 8 de marzo, radica en el hecho de que la equidad de
género, aún en nuestro tiempo, no es una realidad. Son recientes las fechas en
que la mujer pudo acceder a los derechos como ciudadana, y es conocido el
estado de sometimiento por diversas cuestiones culturales y religiosas en que
todavía se encuentran muchas mujeres en el mundo. La violencia contra las
mujeres es una realidad lacerante todavía, sin ir más lejos el ya tristemente célebre
caso de los "feminicidios" en México, la inmensa mayoría impunes.
Persisten también las desigualdades económicas y en los puestos de trabajo, a pesar de que
varias mujeres alrededor del mundo han logrado estar al frente, incluso, de gobiernos de
países.
Por otra parte, algunas mujeres jóvenes podrían dar por sentado los derechos de los que hoy gozan pensando que siempre existieron para todas las mujeres y, justo es recordar que hubo quienes entregaron reputación y vida para reivindicar su derecho como ser humano completo. Por supuesto, la mujer pobre y la trabajadora en general, ha llevado la peor parte a través de la historia en el mundo.
Una de las cosas más graves que observo es que, a la
par del feminismo, la cosificación de la mujer es cada día algo más patente y
salvaje: la mujer como instrumento de uso, como símbolo de lo banal.
Una reflexión para conmemorar este día, con un enfoque humanista y mujeres que
no son “personalidades” reconocidas, sino los seres humanos de carne y hueso
que tejen a la sombra los finos hilos de las relaciones fraternales, es el que
aquí deseo apuntar.
(El siguiente es un resumen y
traducción de Hasardevi, con
información tomada de la revista SGI Quarterly)
Los hombres no siempre hacen la guerra, ni las
mujeres siempre hacen posible la paz.
pero alrededor del mundo, a menudo sin ser notadas y de cara a inimaginables
obstáculos, las mujeres están haciendo cosas extraordinarias para construir,
crear y mantener la paz. Las funciones que las mujeres suelen desempeñar en la
sociedad, el cuidado de los niños y las familias, les dan un especial interés
y deseo de evitar los conflictos violentos.
Los procesos de resolución de conflictos se limitan
comúnmente a los antiguos combatientes, y la voz de las mujeres, que es vital,
están ausentes en los planes de los países que están emergiendo de los éstos. Es necesario dar más espacio a las mujeres en el proceso de
prevenir y resolver conflictos. En el año 2000 el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas adoptó la resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la
seguridad, la cual destaca el desproporcionado impacto de la guerra sobre las
mujeres así como el gran potencial sin explotar que éstas pueden aportar a los
procesos de mediación, la resolución de conflictos y la construcción de la paz.
La paz no es simplemente la ausencia de guerra.
Incluso en países en donde no hay conflictos en curso, la mujer sufre de
violencia verbal y física, violencia doméstica y discriminación. El
establecimiento de una cultura de paz, un medio de vida que valore la no
violencia y el diálogo y en la cual las relaciones entre las personas se basen
en el respeto, sólo puede realizarse a través del fortalecimiento y la
inclusión de la mujer en todos los niveles.
Mujeres alrededor del mundo, de distintas culturas y
credos, aportan su enfoque sobre el papel de la mujer en una cultura de paz
Olga Belobrovy, Saratov, Rusia. Física.
La paz comienza con la familia, como la construcción
de un gran edificio comienza con un pequeño ladrillo. Todos los miembros de
nuestra sociedad han nacido y crecido en el seno familiar. Yo creo que la gente
que mayor influencia tiene en la forma en que nos desenvolvemos como individuos
-para bien o para mal- son las madres.
El amor de una madre es un regalo eterno de la
naturaleza.
Por otra parte, debo decir que pienso que las mujeres
no son intrínsecamente pacifistas, pero lo aprenden de sus madres, por eso el
papel de una madre en la vida de su hija es inmensurable. La madre como fuente
de vida es también su protectora. Por eso creo que la mujer tiene un papel
clave en los movimientos pacifistas. El ambiente natural de una mujer es la
paz. Proteger a las mujeres equivale a proteger la paz.
Nobuko Ishino, Maestra retirada de Tokio, Japón:
Como subdirectora del Comité de Mujeres por la Paz de
la Soka Gakkai, he estado involucrada en foros de Cultura de la Paz por muchos
años. Estoy convencida de que si las mujeres son compasivas, comparten sus experiencias
de aprendizaje poniendo de lado sus egos y escucha a los demás además de
preocuparse por el medio ambiente, eso será una enorme contribución a la
cultura de paz.
La divisa que he hecho mía es aquella que Ikeda
Sensei, Presidente de la SGI, ha expresado: "La solidaridad de las mujeres
es lo que cambiará la calidad de la civilización".
Anahera Gildea, Wellington, New Zealand. Madre y Escritora:
Para mi lo más importante son los fuertes lazos que
se logran entre las mujeres y de éstas con la naturaleza. Después de todo la
Tierra es una mujer...
Hay un famoso dicho Maori que dice: "La paz
lograda por las mujeres, es la que perdura."