La Inseparabilidad del individuo y su medio ambiente

Por Hasardevi
7 de Febrero 2020
¿Podemos realmente hacer del mundo un lugar mejor a través de nuestras acciones como individuos? ¿O, no hay nada que podamos hacer por nuestra cuenta? El Buda Nichiren disipa este sentimiento de impotencia y pesimismo despertándonos a la verdad de que somos los protagonistas que realmente pueden cambiar el mundo. En la Declaración Unánime de los Budas de las Tres Existencias, escribe: De este único elemento, la mente, surgen todas las diversas tierras y condiciones ambientales.Esta es una afirmación de que podemos cambiar el mundo que nos rodea transformando nuestra mentalidad o actitud. A veces puede parecer imposible lograr un cambio en un país o en el mundo, pero cada uno, en última instancia, es un conjunto de personas y ha sido modelado por el pensamiento y las actitudes de esas personas. Es por ello que una transformación interna en el corazón y la mente de los propios seres humanos es el punto de partida para un cambio genuino no sólo en la sociedad sino también en la tierra y sus condiciones ambientales. Debido a que todas las enseñanzas de Buda son "un registro diario de la propia existencia" (Gosho Zenshu-2, 843), todo comienza con la revolución humana de una persona. 
Daisaku Ikeda

La inseparabilidad del individuo y su medio ambiente, como todo concepto budista, es algo que fortalece el poder interior del ser humano: no se está a merced de un poder externo, no se depende enteramente del contexto circundante, nada es inamovible. Pero involucra, eso sí, responsabilidad.
 La unidad en el concepto de Esho Funi, significa "la vida y su medio son dos, pero no dos". Es decir, aunque parezca que estamos separados de lo que nos rodea, en realidad todo lo que existe, junto con los seres humanos, tiene una esencia subyacente que es compartida. El Buda Nichiren se refiere a esto como "El Verdadero Aspecto de Todos los Fenómenos", y compara esta interconexión con un cuerpo y su sombra: El medio ambiente es como la sombra y, la vida, como el cuerpo, sin cuerpo no hay sombra y sin vida no hay ambiente. Pero del mismo modo la vida está determinada por su ambiente.

Así pues, nosotros determinamos el ambiente tanto como éste nos modela. Es por eso que si la vida interior de las personas está desorientada o desequilibrada, el ambiente, es decir, la sociedad, el ecosistema y el planeta mismo, serán influenciados negativamente. A su vez, un entorno contaminado actuará contaminando al cuerpo, corazón y mente de quienes lo habitan. Desde este enfoque, la destrucción de la naturaleza está relacionada con la ignorancia de la gente y su falta de aprecio por la verdadera naturaleza de la vida y su valor. Y desde luego, esto aplica para nuestra vida. Si sentimos insatisfacción con nuestras circunstancias ya sea en casa, en el trabajo, en nuestra comunidad o con nuestras relaciones personales en todo ámbito ¿qué sería lo conducente? Si nos desagrada nuestra "sombra" (lo que nos rodea), ¿qué hacer?

"El cambio está en tí", sí, pero ¿cómo?


Ya sea el entorno mundial o nuestra propia vida, para cambiar las tendencias negativas hay que comenzar por mirar dentro de cada uno. El Buda Nichiren dice a este respecto: "Si la mente de los seres humanos es impura, su tierra también es impura, pero si su mente es pura, también la tierra que habitan lo es. No es que haya dos tierras, pura e impura; la diferencia yace únicamente en la bondad o maldad de nuestra mente". (Sobre Cómo Lograr el Estado de Buda en esta Vida).

Si transformamos nuestro corazón y mente, podemos transformar hasta el peor entorno en uno positivo. Se puede decir que esta es la clave para cambiar nuestras circunstancias e incluso, para impactar este mundo cada vez más turbulento en lugar de ser absorbidos por su torbellino.


Hablar de transformar o cambiar nuestro interior es una cosa, lograrlo, es todo un desafío.
En el Budismo de Nichiren Daishonin, cuya principal referencia es el Sutra del Loto de Sakyamuni (Saddharma Pundarika Sutra, cuya traducción al japonés es "Myoho Rengue Kyo"), la invocación de Nam Myoho Rengue Kyo (Nam: devoción a), con la firme creencia en el propio potencial más elevado: nuestra budeidad, nos permite hacer aflorar la valentía, sabiduría y compasión necesarias para tomar las mejores acciones para nuestra propia felicidad y la de los demás.

Es tener la convicción de que el bien de todos es el nuestro y en ese entendimiento dirigir nuestra vida y acciones. El presidente de la Soka Gakkai Internacional, Daisaku Ikeda, explica este proceso en La Nueva Revolución Humana: "Cuando el corazón de la gente cambia y despiertan con gran valor, su voz, expresión, conducta y espíritu, también cambian y son capaces de transformar cada aspecto de su vida y ambiente. Este es el principio de la Unidad de la vida y su medio ambiente. 

Actualmente mucha gente está tomando conciencia de la interconectividad de toda vida, pero también hay muchos que persiguen sólo sus intereses egoístas a cualquier costo, sin consideración de otras personas o del medio ambiente. Sin embargo, definitivamente nosotros podemos alterar esta tendencia al luchar por lograr nuestra propia revolución humana.

El Presidente Ikeda dice claramente: "La felicidad, únicamente para el individuo, es imposible, y la paz sólo en términos del medio ambiente, también es imposible. No puede haber felicidad exclusivamente para uno mismo, o infelicidad exclusivamente para otros. Cuanto más felices hacemos a los demás, más felices somos, y mientras exista una sola persona miserable, nuestra propia felicidad no puede ser completa".

Definitivamente, cualquier cambio duradero en nuestras circunstancias y en el mundo debe comenzar a partir de nuestra transformación interna, y esto significa abandonar la mentalidad de aceptar las cosas como son, pensando que "así es como siempre ha sido". Es indispensable creer en nuestro poder para transformar nuestra vida y al mundo, al tiempo que ayudamos valientemente a los demás a despertar a su poder también.

(Con información de World Tribune, Living Budhism, WND, The New Human Revolution)

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