Una sola fotografía
--retrato del momento--
es una epopeya inagotable,
un cuento viviente más allá de las palabras
superior a un escrito
de cien volúmenes.
Una fotografía
es una pintura de la conciencia,
el arte que en ese instante se abre
en los ilimitados panoramas
de la vida interior.
- de "Eternos viajeros hacia la luz de la paz", poema dedicado a Robert y Cornell Capa. Por Daisaku Ikeda
Por Daisaku Ikeda[1]
"Mar de nubes, ondas que se erizan en el cielo.
Luna, navío que se oculta tras un bosque de estrellas."
Este poema compuesto en estilo waka fue escrito hace unos mil trescientos años y forma parte del Manyoshu (Colección de diez mil hojas), la antología lírica japonesa más antigua.
Hoy, el ser humano ha llegado más allá de la atmósfera terrestre; ha caminado sobre la Luna. Y así y todo, al leer estos versos, uno se pregunta si la gente de la antigüedad no sentiría la presencia de la Luna y de las estrellas más íntimamente que nosotros hoy en día. ¿Habrán tal vez transcurrido existencias más ricas, más elevadas que nosotros, que, sumidos en nuestra comodidad material, rara vez nos detenemos a mirar el cielo?
Totalmente atrapada por asuntos materiales, el ajetreo y el bullicio, la humanidad contemporánea se ha desvinculado de la vastedad del universo, del flujo perpetuo del tiempo. Estamos batallando contra sentimientos de alienación y de aislamiento. Tratamos de saciar las ansias de nuestro corazón a través de los placeres, solo para comprobar que nuestros anhelos se tornan cada vez más ávidos e intensos.
La separación y el distanciamiento representan, a mi criterio, la verdadera tragedia de la civilización contemporánea. Divorciados del cosmos, la naturaleza, la sociedad y nuestros semejantes, nos hemos transformado en seres fracturados, fragmentados.
La ciencia y la tecnología le han otorgado al ser humano un poder que este jamás habría soñado, y han colmado su existencia de beneficios realmente valiosos para su salud y bienestar. Pero, paralelamente, se fue generando en nosotros una tendencia a apartarnos de la vida, a cosificar y a reducir todo lo que nos rodea a cifras y objetos.
Incluso la gente se convierte en meros objetos. Las víctimas de la guerra se reducen a estadísticas y reaccionamos con entumecimiento ante la realidad del sufrimiento inenarrable que experimenta cada individuo.
Los ojos del poeta descubren en cada persona una humanidad única e irremplazable. Mientras el intelecto busca controlar y manipular con arrogancia el mundo, el espíritu poético se inclina reverente ante sus misterios.
Los seres humanos son, cada uno, un microcosmos. Al vivir aquí, en la Tierra, respiramos los ritmos del universo que se extiende infinito sobre nosotros. Cuando surgen sonoras armonías entre ese vastísimo universo exterior y el cosmos interior del ser humano, nace la poesía.
Quizás hubo una época en que todas las personas eran poetas, que dialogaban en íntimo coloquio con la naturaleza. En el Japón, la colección Manyoshu reunió piezas poéticas compuestas por gente de todas las clases sociales. Y casi la mitad de esos versos pertenecían a bardos anónimos.
No eran obras concebidas para elevar un nombre a la posteridad. Los poemas y las canciones que brotan como manantiales incontenibles del fondo del corazón cobran vida propia. Trascienden los límites de las nacionalidades y del tiempo, y se transmiten de persona a persona, de corazón a corazón.
El espíritu poético está presente en todo quehacer humano. Puede vibrar activamente en el corazón del científico embarcado en la búsqueda tenaz de la verdad; cuando el espíritu de la poesía vive dentro de nosotros, incluso los objetos ya no nos parecen solo objetos; nuestros ojos adquieren la capacidad de percibir una realidad espiritual interior. Entonces una flor no es solo una flor: La Luna deja de ser un simple conglomerado de materia que flota en el cielo. Con nuestra mirada fija en una flor o en la Luna, podemos intuir los inefables lazos que nos unen al mundo.
En ese sentido, los niños son naturalmente poetas de nacimiento. La tarea de cuidar y de nutrir su precioso corazón poético, de permitirles crecer, también conduce a los adultos a renovados y maravillosos ámbitos de descubrimiento. En definitiva, no existimos solo para satisfacer nuestros deseos. La auténtica felicidad no implica acumular cada vez más posesiones, sino profundizar nuestra armonía con el mundo que nos rodea.
El espíritu poético tiene la facultad de "afinar" la nota discordante del mundo y de reconectar entre sí sus partes divididas. Los verdaderos poetas están firmemente parados sobre sus pies, enfrentando los conflictos y las complejidades de la existencia. El daño que se ocasiona a cualquier persona, sea donde fuere, provoca agonía en el corazón del poeta.
Un poeta es alguien que ofrece palabras de aliento y de esperanza, que busca lenta y cuidadosamente la perspectiva que torna tangible la realidad espiritual perdurable de nuestra vida.
El apartheid o sistema de segregación racial fue un gravísimo crimen contra la humanidad. En la lucha para resistir y combatir ese mal, la incisiva espada de la palabra desempeñó un papel importante.
Oswald Mbuyiseni Mtshali es un poeta sudafricano que peleó contra las iniquidades del apartheid empleando la poesía como arma. Escribió: "La poesía renueva y vigoriza nuestra fuerza más recóndita, nuestra espiritualidad. Es el ímpetu que nos vuelve personas decentes, personas plenas de empatía por aquellos que padecen necesidades y sufrimientos, que soportan la injusticia y otros males sociales". Nelson Mandela leía los poemas de Mtshali en prisión, y eso le daba fuerzas para seguir adelante en la lucha.
El poeta brasileño Thiago de Mello, ferviente protector del Amazonas, también sufrió la opresión a manos del gobierno militar. En una de las paredes de la celda en que estaba confinado, encontró un poema escrito por alguien que había estado preso allí anteriormente: "Está oscuro, pero canto, porque la mañana va a llegar". Eran los versos de uno de sus propios poemas.
En medio del caos y el vacío espiritual que sobrevino a la derrota en la Segunda Guerra Mundial, yo, como muchos jóvenes de mi generación, sentí que recibía un aliento indescriptible al leer Hojas de hierba, de Walt Whitman. La desbordante libertad de su alma me llegó al corazón con la fuerza de un rayo.
Hoy, como nunca antes, necesitamos la atronadora, la restallante voz de la poesía. Necesitamos las apasionadas melodías del poeta que le canta a la paz, a la existencia compartida y mutuamente solidaria de todas las cosas. Necesitamos que renazcan en nosotros el espíritu poético, una energía joven y vital, y la sabiduría que nos permitan vivir con la mayor plenitud. Tenemos que convertirnos todos en poetas.
Un antiguo vate japonés escribió: "La poesía brota de la semilla que hay en el corazón de la gente y se convierte en diez mil hojas de palabras".
Nuestro planeta está dañado, cubierto de cicatrices; sus sistemas vitales, en peligro de colapsar. Tenemos que proteger y cubrir la Tierra con "hojas de palabras" que emanen de las profundidades de la vida. La civilización moderna logrará recobrarse solo cuando el espíritu poético conquiste nuevamente el sitial que le corresponde.
[Traducción del artículo en inglés publicado el 12 de octubre de 2006, en el diario The Japan Times del Japón.]
[1] Presidente de la SGI Daisaku Ikeda es un escritor prolífico, poeta y activista de la paz, reconocido como uno de los intérpretes más importantes del budismo, quien con su sabiduría influye en muchas de las cuestiones contemporáneas que enfrenta nuestra humanidad.
Un poema de García Lorca
El palacio en sombra
Enseña brumoso sus oros bruñidos
La cálida noche derrite sus tules
Entre las estrellas rojizas y azules.
Lloran los chacales en junglas perdidos.
En el estanque lotos sangrientos
Lirios de agua, palmas, umbrías
En los jardines altas palmeras
Se inclinan lánguidas y severas
Acompasando sus melodías
Dulces magnolias majestuosas
Dan su fragancia sobre las cosas.
Noche de luna. Raro consuelo.
Arturo llora su luz de cielo
Flores, divinas... Piedras, preciosas.
(falta aquí una cuartilla)
Abriole la puerta de calma infinita
después esfumose. Siddhartha medita.
Una voz celeste suave musita
"Tu eres Tathagatha, puro, sin igual".
En fondos dorados entre rosas blancas
Lució sus encantos la diosa Verdad
El iluminado quedose hierático
Aspirando triste un perfume enigmático
Que manaba lento de la eternidad.
El cuerpo sin alma subió al aposento
Yashodara y el niño dormían
Siddhartha sintió un agobio violento
Corazones en sombras yacían...
Grave palpitaba el firmamento.
Se arrancó la flecha que le lanzó Mara
Traspasando salió de la estancia
Dulce el corazón se durmió en la fragancia
Que la luz del cielo le dejara.
Y marchó con la Bienaventuranza
Siddhartha solloza. El palacio lejano
Enseña entre ramas sus oros bruñidos
La cálida noche derrite sus tules
Entre las estrellas rojizas y azules.
Lloran los chacales en junglas perdidos.
Las enseñanzas de Shakyamuni, fundador histórico del budismo, están registradas en una voluminosa colección de textos, conocidos como sutras. La filosofía del budismo se presenta de maneras muy diversas dentro de dichos sutras. Una explicación es que, durante los cincuenta años en que Shakyamuni compartió sus enseñanzas con la gente de su época, él viajó por toda la India. En lugar de predicar su filosofía de una manera rígida y sistemática, lo hizo mayormente adoptando el estilo del diálogo. Shakyamuni se encontraba con gente de todos los niveles sociales, desde ministros de estado hasta hombres y mujeres analfabetos; y siempre estaba dispuesto a contestar sus preguntas y resolver sus dudas.
Sobre todo, buscaba brindar respuestas a las cuestiones fundamentales de la existencia: ¿Por qué nacemos y debemos confrontar los sufrimientos inevitables de la enfermedad, la vejez y la muerte? Los sutras fueron compilados en los años siguientes a la muerte de Shakyamuni; se piensa que el Sutra del loto lo fue entre el siglo I y II. En sánscrito, el nombre de la obra es Saddharmapundarika-sutra (literalmente, 'Sutra del loto del dharma correcto'). Al igual que muchos sutras mahayana, el Sutra del loto se propagó mediante la "transmisión del norte", a Asia central, China, Corea y Japón. Originalmente, llegó a la China en el siglo III, y según se estima, fue traducido en diferentes versiones del idioma chino, de las cuales se conservan tres completas. La traducción efectuada en el siglo V por Kumarajiva (344-413) se considera especialmente notable; se dice que su claridad filosófica y belleza literaria jugaron un papel muy importante en la devoción que se brindó al sutra en todo el este de Asia.
El título de la traducción del Sutra del loto realizada por Kumarajiva es Myoho-renge-kyo y contiene la esencia de todo el sutra; fue sobre esa base que Nichiren (1222-1282) estableció la entonación de Nam-myoho-renge-kyo como la esencia de la práctica budista.
El Sutra del loto está considerado la escritura que logra plenamente el propósito del advenimiento de Shakyamuni a este mundo, que él expresó así: "Al comienzo, realicé un juramento, con la esperanza de hacer que todas las personas fueran iguales a mí, sin distinción alguna entre nosotros". En otras palabras, el propósito del advenimiento de Shakyamuni fue lograr que todas las personas alcanzaran el mismo estado de perfecta iluminación que él, por lo que lo llamaban "Buda".
El Sutra del loto contiene una cantidad de conceptos que fueron revolucionarios tanto dentro del contexto de las enseñanzas budistas como del ámbito de la sociedad de la época. Muchos de tales conceptos no están expuestos explícitamente, sino sugeridos o materializados a través de eventos dramáticos y, en algunos casos, fantásticos que se relatan en el texto. Gran parte del genio y el talento de eruditos posteriores al sutra, como T'ien-t'ai (538-597), yace en la capacidad que tuvieron para extraer y sistematizar esos principios.
Un tema central dentro del sutra es la idea de que todas las personas por igual, sin excepción, poseen la naturaleza de Buda. El propósito del Sutra del loto es alentar la fe de la gente en su propia naturaleza de Buda, su sabiduría, coraje y misericordia inherentes. El logro de la iluminación al alcance de todos queda demostrada con los ejemplos de personas a quienes esa posibilidad les era negada tradicionalmente, como las mujeres y los que habían cometido malas acciones.
En numerosos sutras, muchos de los discípulos más antiguos de Shakyamuni son señalados como gente que, debido a su apego arrogante a sus facultades intelectuales y a causa de su práctica egocéntrica, "han quemado las semillas de su propia iluminación". Gracias a la profundidad de las enseñanzas de Shakyamuni en el Sutra del loto, se despierta en esas personas el espíritu de humildad y misericordia. Se dan cuenta de que todos los seres humanos están inextricablemente unidos en su búsqueda de la iluminación y de que, si desean lograr la propia felicidad, es imperativo que se esfuercen por la felicidad de los demás.
Además, en este sutra, Shakyamuni demuestra que él realmente logró la iluminación en el remoto pasado y no, en esa existencia, como habían supuesto sus seguidores. Eso ilustra, mediante el ejemplo concreto de su propia vida, que el logro de la iluminación no implica cambiar o convertirse en alguien que uno no es. Por el contrario, implica revelar un estado que ya existe en el interior de la vida.
Como lo afirmó en un escrito el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, el Sutra del loto es en esencia una enseñanza profundamente vigorizante y poderosa. "Enseña que la determinación interior de un individuo puede transformarlo todo y permite que se manifieste el infinito potencial y la dignidad inherente a cada vida humana".
Expertos hallan fundamento biológico de la creencia en Dios
Publicado por Hasardevi | 9:03 | 0 comentarios »Expertos hallan fundamento biológico de la creencia en Dios
- Apoya teoría que la ubica como función cognitiva de adaptación que ocurre con la evolución
- No se trata de un centro neuronal, sino de varias zonas del cerebro, explican los especialistas del Instituto Nacional Estadunidense de Desórdenes Neurológicos
La creencia en Dios está profundamente arraigada en el cerebro humano, el cual está programado para las experiencias religiosas, según un estudio que analiza por qué la religión es un rasgo humano universal que ha abarcado todas las culturas a lo largo de la historia.
Científicos que buscan un punto de Dios
neuronal, que controle la creencia religiosa, piensan que no se trata de un centro en sí, sino de varias zonas del cerebro que forman el fundamento biológico de esa creencia.
Por la competencia humanitaria: Una nueva corriente en la historia
Publicado por Hasardevi | 17:53 | 0 comentarios »Propuestas de paz 2009 (versión abreviada)
Por Daisaku Ikeda, presidente de la SGI
- Un futuro compartido
- Acciones compartidas para resolver los problemas ambientales
- Responsabilidad compartida a través de la cooperación internacional
- Esfuerzos compartidos en bien de la paz por la abolición nuclear
El impacto de la crisis financiera, que comenzó con el resquebrajamiento del mercado de hipotecas subprime de los Estados Unidos y llevó al quiebre del banco de inversiones Lehman Brothers de aquel país, se ha propagado ahora hasta abarcar el mundo entero.
La crisis actual provoca inevitablemente recuerdos de la pesadilla de 1930, cuando una severa depresión económica creó las condiciones para la conflagración global que fue la Segunda Guerra Mundial. La situación permanece incierta e impredecible, y son cada vez más las señales de que la crisis financiera está socavando la economía real y está generando recesión global y desempleo.
Se puede rastrear la causa principal de la crisis en el predominio descontrolado de los movimientos especulativos de los activos financieros, cuya escala, según los cálculos, es cuatro veces mayor que el valor acumulativo de los bienes y servicios reales. El origen de la crisis yace en el hecho de que los mercados financieros, cuya verdadera función debería ser respaldar y facilitar otras actividades económicas, se han lanzado al centro de la escena, con especuladores de mercado convertidos en "estrellas", que persiguen exclusivamente la acumulación de ganancias y beneficios, muy a menudo sin detenerse a considerar el impacto que provocan sobre los demás.
Como he señalado en muchas ocasiones a través de estas propuestas, la raíz más profunda de la crisis se encuentra en el apego al dinero por el dinero mismo, a las divisas; la codicia ampliamente extendida por todo el mundo es lo que constituye la patología más notable de nuestra civilización contemporánea. El dinero que controla y domina las economías de mercado, por supuesto, carece virtualmente de valor, solo tiene valor de cambio. Y el valor de cambio reside únicamente en el entendimiento y el acuerdo entre personas; por ende es, en esencia, abstracto y a la vez, anónimo. No está dirigido a cosas tan concretas (y por lo tanto, finitas) como los productos y servicios reales; por lo tanto, como objeto de deseo humano, no tiene límites reales o inherentes.
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Si hacen acopio de su valor para cuestionar algo, nunca se arrepentirán. Cuán triste es pasar la vida lamentándose: "Si sólo hubiera tenido un poco más de valor." Cualquiera que pueda ser el resultado, lo importante es dar un paso adelante en el camino que se cree es el correcto. Daisaku Ikeda
Empty your mind; be formless, shapeless, like water.
Now, you put water into a cup it becomes the cup,
you put water into a bottle it becomes the bottle,
you put it in a tea pot it becomes the tea pot.
The water can flow or it can crash…
Be water my friend
Vacía tu mente; que no tenga forma, como el agua.
Si pones agua en una taza, se convierte en la taza,
la pones en una botella y se convierte en la botella,
la pones en una tetera y se convierte en la tetera.
El agua puede fluir o puede estrellarse...
Sé como el agua, mi amigo.
De noite, quando o sol se esconde e a lua sai...As estrelas se vestem con
seus trajes de luz para dançar ao redor. De noite, quando as luzes se apagam e tudo se torna escuro...Os amantes se juntam para dançar ao amor. De noite, quando tudo parece preto e não há espaço para um raio de luz...O dançar faz sua magia para mudá-lo e deixá-lo tudo multicor.
Tejiendo sobre el tema del diálogo, las identidades, las relaciones interpersonales así como entre países en la "crisis" global, me gustaría abordar el tema de las "identidades asesinas" de Amin Malouf, por lo que presento este documento de LeonardoBoff (teólogo de la liberación), después del ensayo del diálogo aquí mismo expuesto, a manera de prólogo. El documento fue escrito hace ya unos cinco años pero su vigencia es evidente. Hasardevi
Esa perspectiva, aunque comprensible, es impracticable en las condiciones modificadas de la historia globalizada. Pues, ¿cómo se puede considerar a los otros como enemigos si ahora estamos obligados a convivir con ellos en un pequeño espacio común que es el planeta? Por ahí no existe más camino. Es más, se está formando lentamente una identidad colectiva y planetaria como fruto de la convivencia de todos con todos.
El diálogo demanda el reconocimiento mutuo de los interlocutores, la renuncia de un querer dominar al otro y la garantía de que todos puedan participar. El diálogo apunta a construir los puntos comunes a partir de los cuales surge el consenso mínimo y a dejar en segundo plano las diferencias que nos separan. Y, principalmente, el diálogo supone la conciencia de las ganancias y de las pérdidas que siempre se dan. La identidad no es una estructura inmutable, dada de una vez por todas, sino un conjunto de relaciones, a partir de una experiencia de base, siempre en acción y en construcción, que incorpora elementos nuevos sin desvirtuarse.
Traducción de la Agencia Latinoamericana de Información (Alai)