La libertad y su fantasma

Publicado por Hasardevi | 17:57 | 0 comentarios »

de l'Humanité 16 janvier 2011

“El fantasma de la libertad” de Luis Buñuel es esa película en la que el gran cineasta y antiguo surrealista que fue se complace invirtiendo todas las situaciones. Pero eso no es sólo un juego. El genérico de la película evoca “El Tres de Mayo” de Goya, donde los madrileños sublevados eran fusilados por los soldados del ejército de Napoleón. Estos últimos venían "en nombre de la libertad", los insurgentes españoles morían gritando "¡Abajo la libertad !". La utilización que la derecha y el capital dan a la palabra libertad invoca el mismo fantasma. Libertad de horarios, libertad de despido, flexibilización de las restricciones del Código del Trabajo no son más que las mortajas con que se viste la explotación.

El Código del Trabajo cumple cien años. Y si es cierto que algunas formas de pensamiento libertario han podido, a lo largo de la historia, estigmatizar la ley, vivida o pensada como un instrumento de opresión de los poderosos y del Estado, el Código del Trabajo es precisamente el ejemplo contrario, el de un proceso legislativo que va a proteger a los más débiles de los abusos. Nació para proteger a los niños de cinco años que, como lo cantó Jean Ferrat, trabajaban en las minas, para proteger a estas mujeres que describe Marx en páginas terribles de El Capital, encadenadas a máquinas a veces durante cuarenta y ocho horas, nació para que todo trabajo merezca un salario justo y que éste no dependa de la buena voluntad y del estado de ánimo de quien saca el beneficio. "El trabajador libre que va al mercado libre para vender su piel debe esperar que le curtan." Sí, es otra vez más una frase de Marx.

La libertad del capital es la de extenderse por todas las esferas de la vida social y de la vida de las personas. Liberarse de las limitaciones. Es derribar todos los obstáculos, todos los frenos que limitan su influencia. Desde 1910, el Código del Trabajo ha sido una conquista social y democrática. La fuerza del pueblo, de los trabajadores, en oposición al poder del dinero. Pero he aquí que la derecha quiere deshacer los logros de la historia a cualquier precio. Bajo el pretexto de la modernidad, se remonta en el tiempo. Los empleados, más exactamente los trabajadores del comercio y de los grandes almacenes, lo saben bien en este periodo de fiestas. La apertura en domingo, horarios interminables... ¿Y qué pasaría si el sector empresarial obtuviera lo que quiere bajo el pretexto de las necesidades de los consumidores, es decir, una libertad total ? ¿Qué ocurriría con las pensiones, a pesar de que la batalla no se ha ganado completamente, si el poder y el MEDEF no hubieran tenido en su contra a millones de ciudadanos ? Nicolás Sarkozy no ha renunciado al deseo de acabar con el modelo social francés nacido de la Resistencia, todavía receptiva a los derechos de los trabajadores, es decir, la libertad de los trabajadores frente a la del capital. Es contra esta libertad que la derecha y el MEDEF invocan el fantasma de la libertad.

Nicolás Sarkozy no ha renunciado a la voluntad de poner fin al modelo social francés y a los derechos de los trabajadores.

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