Conforme se profundizan y se hacen más complejos los problemas de nuestro planeta, la posibilidad de que la humanidad deshaga la destructiva red que hemos tejido puede parecer cada vez menos fácil de creer. La esperanza que ofrece el budismo a esta penetrante sensación de incertidumbre está en la perspectiva de que dado que todos los males de nuestro mundo han sido creados por los seres humanos, está en nuestras manos resolverlos. Tanto los problemas como sus soluciones existen dentro de nosotros.


El budismo comenzó como una valiente y humana confrontación con la realidad del sufrimiento. Su impulso originario no estuvo en el retiro o en el escape de los desafíos y contradicciones de la vida. Por el contrario, la práctica budista podría definirse, en términos amplios, como una lucha por extraer y hacer brillar la sabiduría del hombre en la vida y la sociedad. Una comprensión minuciosa de las causas de la miseria humana es un punto de partida para esta filosofía. De esta manera, Nichiren escribe, "Se llama buda a aquel que está profundamente iluminado con respecto a la naturaleza del bien y el mal, desde la raíz hasta sus ramas y hojas".

En la raíz de la miseria humana, el budismo ve tres impulsos destructivos: la avaricia, la ira y la estupidez, a los que llama los "tres venenos". Estos son la esencia de todas las ilusiones y las funciones negativas de la vida que impiden la realización de todo nuestro potencial para la felicidad y la creatividad.

De los tres venenos, la estupidez es el más fundamental, debido a que facilita la avaricia y la ira. Aquí, la estupidez significa ignorancia (pasiva o voluntaria) de la verdadera naturaleza de la vida. Es la ceguera a la realidad de nuestra interrelación –no simplemente relación y dependencia mutua, sino la conexión de la extensión de cada una de nuestras vidas con la extensión de todas las formas de vida del universo; el hecho de que cada uno de nosotros sea un componente vital de la vida misma y un nexo de inmensas posibilidades. Porque oscurece la verdad de la vida, la naturaleza iluminada, esta ignorancia también es conocida como "oscuridad fundamental".

Nuestro más profundo sentido de realización yace en la experiencia de esta conexión y en las acciones que la mantienen. Sin embargo, bajo la influencia de esa ignorancia, buscamos la realización mediante el logro de adquisiciones y posesiones (objetos, fama, poder, y así sucesivamente). La avaricia es el impulso descontrolado por concretar esos deseos, incluso a costa de la infelicidad de los demás. Inevitablemente, esas búsquedas conducen únicamente a una sensación de frustración. La ira es el impulso violento que brota de la misma orientación egocéntrica. No sólo es furia explosiva, sino también resentimiento, envidia –todas las emociones insidiosas, fundamentalmente autodestructivas, del ego herido.

Estos venenos, de esta manera, socavan nuestra felicidad individual, impiden nuestras relaciones y dificultan el despliegue de nuestro extraordinario potencial creativo. Su influencia, sin embargo, va más allá de esto. En un nivel social ellos emanan de la vida interior de las personas y se convierten en causa de conflictos, opresión, destrucción ambiental y flagrantes desigualdades entre las personas. Un texto budista expresa lo siguiente: "Porque la ira se incrementa en intensidad, ocurren los conflictos armados. Porque la avaricia se incrementa en intensidad, surge la hambruna. Porque la estupidez se incrementa en intensidad, estalla la peste. Y porque ocurren estas tres calamidades, los deseos mundanos (la ilusión) se hacen más numerosos y poderosos que nunca. Las falsas percepciones florecen más y más".

Desde la perspectiva del budismo de Nichiren, los tres venenos son un aspecto inherente a la vida y nunca se pueden erradicar completamente. En realidad, un enfoque religioso basado en la eliminación de estos venenos de la vida simplemente puede engendrar hipocresía. En la tradición de Nichiren la práctica budista puede ser descrita como un proceso para transformar constantemente la energía de estos impulsos ilusorios y redirigirlos hacia la creación de valor. En un sentido más general, es a través de la lucha espiritual por orientar continuamente nuestra vida hacia el respeto a los demás y por trabajar por el mayor bien de todos que podemos trascender y modificar estos venenos. En este proceso, la energía destructiva de la ira, por ejemplo, se sublima en una fuerza protectora que puede contrarrestar la injusticia, evitando que seamos simplemente arrastrados por las fuerzas externas o que se aprovechen de nosotros los malintencionados.

El diálogo que tiene como base la voluntad de conectarse genuinamente con las personas en una actitud de respeto y aliento mutuos es una poderosa clave en este proceso transformador.

Esencialmente, el establecimiento de la paz y la seguridad sobre nuestro planeta depende de un cambio interior en la vida de las personas. Como lo establece la constitución de la UNESCO, "Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz". El sentido de responsabilidad por buscar continuamente el desarrollo de nuestro potencial para el bien creativo, es la clave para el empoderamiento del ser humano y para el comienzo de la más amplia transformación del planeta.

[ Cortesía de la revista SGI Quarterly, edición de octubre de 2005 ]

BBC Ciencia

A simple vista parece una mancha insignificante, pero se trata de uno de los objetos más distantes que se han observado en el cosmos, a 12.900 millones de años luz de la Tierra.

Mancha cósmica Himiko

La mancha podría tener un enorme agujero negro en su núcleo.

Hay dos posibilidades: o el modelo estándar de la formación de galaxias está equivocado, o este objeto en particular está mostrando algo extraordinario

Fue observado utilizando una serie de telescopios y según los astrónomos es un objeto gigantesco que existió en una época cuando el universo tenía sólo 800 millones de años.

Este tipo de estructuras, llamadas "manchas Lyman Alpha", son enormes concentraciones de gas que podrían ser precursores de galaxias y ya han sido observadas en el pasado.

Pero la recién descubierta, que ha sido llamada Himiko (una legendaria reina japonesa), tiene un diámetro de 55.000 años luz, tan grande como una galaxia moderna.

Los investigadores, que publican sus observaciones en Astrophysical Journal (Revista Astrofísica), dicen estar perplejos por el objeto.

E incluso teniendo la información más detallada de los mejores telescopios del mundo no saben de qué se trata.

Debido a que se trata de uno de los objetos más distantes que se han observado en el cosmos, su poca visibilidad no ha permitido a los astrónomos entender sus orígenes físicos.

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Vacío

Publicado por Hasardevi | 20:41 | 0 comentarios »


El concepto de shunyata (en sánscrito), o ku (en japonés), ha sido traducido indistintamente como latencia, insustancialidad, vacío y también como lo insondable. Una de las primeras expresiones detalladas de esta idea proviene del erudito budista Nagarjuna, quien vivió en la India entre los años 150 y 250 d.C. Nagarjuna creía que ese estado que se describe en este concepto como "ni existencia ni no-existencia", expresaba la naturaleza de todas las cosas. Sin embargo, la índole paradójica de esta idea es un tanto extraña a la lógica dualista occidental y ha contribuido a estereotipar al budismo como una filosofía mística, aislada, que ve al mundo como un gran ensueño. No obstante, las implicaciones de ku se ajustan totalmente a la realidad y, de hecho, concuerdan con los descubrimientos de la ciencia contemporánea.
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A quiénes sirven los líderes

Publicado por Hasardevi | 0:30 | 0 comentarios »

Por Daisaku Ikeda

Un auténtico líder no se considera alguien especial o superior a los demás, y jamás menosprecia a nadie. Los líderes realmente grandes respetan sinceramente a las personas comunes, que se esfuerzan con seriedad y viven honradamente de su trabajo. Poseen, además, la humildad y la disposición de aprender de quienes lo rodean.

Hace mucho tiempo, en un puerto de los Estados Unidos, un gran número de personas esperaba pacientemente en fila para abordar un buque a vapor. Llegó entonces un hombre que, ignorando a los pasajeros que aguardaban su turno, se adelantó y subió el barco. Su actitud demostraba a las claras que creía estar en todo su derecho de hacer algo así.

Los otros pasajeros lo interpelaron, irritados: "¿Quién se cree usted que es?". El hombre contestó con altanería: "Soy congresal. Un representante del pueblo". Desde atrás, la gente comenzó a protestar: "¿Ah sí? ¡Pues nosotros somos el pueblo!". Desde luego, el arrogante sujeto tuvo que bajarse del barco y colocarse al final de la fila.

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Tim Berners-Lee y Vinton Cerf consideraron que la web destapó la necesidad de la gente de comunicarse y compartir información. "Sólo nos imaginábamos una red de documentos, no de personas", señalaron.

AFP
Publicado: 22/04/2009 13:11

Madrid. Veinte años después de la creación de la web, el reto actual es expandir su acceso al mayor número de gente, simplificarla, una mayor participación de los usuarios o luchar contra el cibercrimen, señalaron este miércoles sus creadores en la Conferencia Internacional de Madrid.

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l'Humanité - mercredi 22 avril 2009, par J.A. Pina

Caracterizada por un declive progresivo de las funciones cognitivas como la memoria, la comprensión, el lenguaje etc., el Alzheimer es una de las enfermedades más temidas por los franceses… Afecta a más de 800.000 enfermos y, con el envejecimiento previsto de la población francesa, esta cifra podría duplicarse en 10 años. Sin embargo, investigadores de Lyón acaban de hacer un descubrimiento que podría hacer retroceder la enfermedad.

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Entrevista a Juliette Gréco

Publicado por Hasardevi | 18:45 | 0 comentarios »

l'Humanité - samedi 18 avril 2009, par J.A. Pina

Tras de 60 años de carrera, Juliette Gréco continúa inspirando a los mejores autores. Brigitte Fontaine, Olivia Ruiz u Orly Chap han puesto palabras a su voz en “Je me souviens de tout”, un magnífico álbum donde reencontramos el timbre y la voz excepcional de una de las más grandes interpretes de la canción francesa.

Sartre decía que Juliette Gréco acariciaba las palabras, iluminándolas, que le escribía canciones para ver sus frases convertidas en piedras preciosas. Después de 60 años de una carrera excepcional, esta gran dama que continúa siendo “La musa de Saint Germain”, todavía inspira a los artistas jóvenes más creativos. Tras Miossec o Abd Malik, por primera vez son mujeres las que han preparado cuidadosamente este nuevo álbum “Je me souviens de tout”. Brigitte Fontaine, Olivia Ruiz u Orly Chap le han regalado lo que a ella le gusta : juventud, audacia y poesía. Su voz grave y melodiosa está aquí, acompañada de un piano y de un acordeón que dan vida como nunca a los textos.

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Una mente ahora ensombrecida por la ilusión de la innata oscuridad de la vida, es como un espejo empañado, pero cuando se pule, con toda seguridad será como un espejo claro, reflejando la naturaleza esencial de los fenómenos y el verdadero aspecto de la realidad.

De The Writings of Nichiren Daishonin (Los Escritos de Nichiren Daishonin)

Karma

Publicado por Hasardevi | 18:30 | 0 comentarios »


El concepto de karma, de larga tradición en varias culturas, en especial asiáticas, a menudo es mal interpretado. Según una concepción negativa, retrógrada, la idea de karma se emplea a menudo para que personas con cualquier clase de carencia o desventaja acepten su situación como algo inevitable, producto de sus propias acciones. De ese modo, el sufrimiento que alguien experimenta en el presente se atribuye a causas generadas en el pasado. Como resultado, al considerarse culpables de sus circunstancias, algunas personas se sienten absolutamente impotentes ante la vida.

Esa es, sin embargo, una severa distorsión del sentido original que se atribuye al concepto de karma en la tradición budista. Aceptar el karma no implica vivir bajo un manto de ansiedad y de culpa, por no saber cuáles fueron las causas negativas que podemos haber cometido en el pasado. Todo lo contrario, significa confiar en que nuestro destino está en nuestras propias manos y en que tenemos a cada instante la capacidad de transformarlo positivamente.

En términos sencillos, el karma, que significa 'acción' señala, justamente, el accionar del principio universal de causa y efecto, similar al que hoy en día es manejado por la ciencia. Esta sostiene que todo en el universo funciona según el principio de la causa y el efecto, de modo que el postulado que señala: "para cada acción existe una reacción igual y opuesta" no nos resulta extraño en absoluto. La diferencia entre la causalidad que la ciencia aplica a lo material y el principio budista de karma radica en que este último no se limita a lo que puede verse o medirse, sino que abarca los aspectos invisibles y espirituales de la vida, como los sentimientos de felicidad o de dolor, de bondad o de crueldad.

En un discurso que pronunció en 1993, el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, definió ambos enfoques y explicó que el concepto budista de la relación causal difería de manera fundamental de la causalidad mecanicista que, de acuerdo con la ciencia moderna, domina el entorno natural objetivo, es decir, un entorno separado de los intereses humanos subjetivos. La causalidad, desde el punto de vista del budismo, abarca una clase de naturaleza mucho más amplia, que incluye la existencia humana. A modo de ejemplo, supongamos que se produce un accidente o que sobreviene otro tipo de desgracia. La teoría mecanicista de la causalidad se puede emplear para determinar las causas del accidente, pero resulta inútil para explicar por qué ciertos individuos están sujetos a sufrir esa clase de tragedias. En rigor, una visión mecanicista de la naturaleza debería anticiparse a ese tipo de preguntas existenciales.

De manera completamente opuesta, el budismo busca resolver directamente los porqués de tales acontecimientos.

Originalmente, la palabra sánscrita "karma" significaba 'trabajo' u 'oficio', e implicaba simplemente el acto de hacer o de confeccionar algo. De acuerdo con el budismo, creamos karma de tres maneras diferentes: con el pensamiento, la palabra y la acción. Las acciones tienen desde luego mayor impacto que las palabras. Del mismo modo, cuando ponemos en palabras nuestras ideas, el karma que creamos posee mayor alcance que el que generamos con el simple acto de pensar. No obstante ello, puesto que tanto las acciones como las palabras nacen del pensamiento, lo que yace en nuestro corazón reviste también una importancia fundamental.

Podemos considerar que el karma constituye de algún modo nuestra personalidad, creada por las tendencias que yacen en lo recóndito de nuestra vida. Los ciclos más profundos de causa y efecto trascienden la existencia presente; son los que determinan la manera en que iniciaremos nuestra jornada en este mundo, es decir, las circunstancias que se manifiestan en el momento de nacer, y los que seguirán teniendo efecto más allá de nuestra muerte. El propósito de la práctica budista es transformar nuestra tendencia básica de vida para desarrollar plenamente nuestro potencial en esta y en otras existencias.

Un antiguo texto budista expresa: "Si queréis comprender las causas que existieron en el pasado, observad los resultados tal como se manifiestan en el presente. Y si queréis comprender qué resultados se manifestarán en el futuro, observad las causas que existen en el presente". (1)

El karma, como cualquier otro elemento en el universo, está en estado de flujo constante. Creamos nuestro propio presente y futuro, según las elecciones que hacemos a cada momento. Entendida desde esa perspectiva, la enseñanza sobre el karma no nos empuja hacia la resignación, sino que nos permite ser los protagonistas del drama de nuestra propia existencia.

[Basado en el artículo publicado en la edición de enero de1999 de la revista SGI Quarterly.]

Notas bibliográficas
(1) The Writings of Nichiren Daishonin (Los escritos de Nichiren Daishonin), Tokio, Soka Gakkai, 1999, vol. 1, pág. 279.

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El corazón humano no sólo es capaz de una gran nobleza sino también de una violenta brutalidad. La capacidad para dirigir la orientación de nuestro corazón es una de las características que nos distinguen de otros animales.

Uno ve ejemplos de las nobles posibilidades del espíritu humano en casos cotidianos como el de la voluntad de un padre por sacrificar su comodidad personal por su hijo, o en un súbito acto de amabilidad entre extraños: un impulso hacia el altruismo y un esfuerzo por la felicidad de los demás. Sin embargo, ese mismo corazón puede volverse furioso por las oscuras corrientes de la ira, la intolerancia, el resentimiento y el desprecio hacia sí mismo. Para entender el horrendo alcance de estos impulsos dentro de nosotros, basta con examinar las experiencias de personas comunes que se ven atrapadas por el arrasante infierno de las guerras.

Es la simple orientación de nuestro corazón lo que, a fin de cuentas, determina si creamos sociedades caracterizadas por la felicidad y la dignidad, o mutiladas por los conflictos, el temor y la desesperación.

El budismo analiza las potencialidades duales de la vida enseñando que todas las personas, sin excepción, poseen una naturaleza de Buda iluminada que da origen a un ilimitado potencial positivo, y que puede hacer que el vivir se convierta en una experiencia maravillosa. Una realidad igualmente fundamental en la vida de cada persona, sin embargo, es que el origen de la maldad yace en la ilusión, es decir, la oscuridad. La ilusión es, en realidad, lo que hace difícil que las personas reconozcan su propia capacidad tanto para una profunda virtud como para una profunda maldad.

¿Cómo dirigimos nuestra vida hacia sus potencialidades positivas, creadoras de valor? Esto es algo que debe estar en el corazón de la religión y de la ética.

El Sutra del loto, el cual Nichiren Daishonin considera es la enseñanza que condensa la esencia de la iluminación del Buda, ofrece una respuesta aparentemente simple. Esta respuesta está implícita en la historia del bodhisattva Jamás Despreciar.

Según aparece descrito en el Sutra del loto, Jamás Despreciar vivió en el pasado remoto. Su práctica era inclinarse en reverencia ante toda persona con la que se encontraba y alabar la naturaleza de Buda inherente a esa persona. Esto, no obstante, sólo provocaba violencia e insultos a cambio. Las afirmaciones de Jamás Despreciar, sin duda alguna desafiaban las suposiciones negativas profundamente arraigadas en las personas acerca de la naturaleza de la vida. Pero esas reacciones, no lograban perturbar las convicciones de este personaje. Él simplemente se retiraba a una distancia segura y repetía su reverencia, honrando el potencial para el bien que anidaba dentro de sus perseguidores. Con el tiempo, como resultado de estas acciones, la condición humana de Jamás Despreciar llegó a brillar a tal punto que quienes lo habían despreciado se sintieron impulsados a convertirse en sus discípulos, para así entrar al camino por el que ellos mismos podían lograr la Budeidad.

El sutra describe la manera en que, después de relatar la historia, el Buda Shakyamuni revela que Jamás Despreciar era él mismo, en una existencia previa. Existe una clara implicación de que su comportamiento en la vida en que había sido Jamás Despreciar, fue la causa original para la iluminación de Shakyamuni.

Nichiren escribe, "El corazón de todas las enseñanzas de la vida del Buda es el Sutra del loto, y el corazón de la práctica del Sutra del loto se encuentra en el capítulo 'Jamás Despreciar'. ¿Qué significa el profundo respeto del Bodhisattva Jamás Despreciar por las personas? El propósito de que haya aparecido en este mundo el Buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano".

Aunque el budismo suele ser considerado una filosofía muy abstracta, en la práctica está lejos de serlo. La descripción de la naturaleza de Buda no ha de hallarse en la teoría, está en el comportamiento de este humilde bodhisattva. Un Buda no es un ser extraordinario, es una persona que está profundamente consciente del potencial positivo que yace dentro de su propia vida y dentro de la vida de todos los demás. También es una persona que lucha por ayudar a otros a hacer emerger este potencial.

Nichiren aclara que el respeto a los demás, tal como lo ejemplifican las acciones del bodhisattva Jamás Despreciar, constituye la esencia de la práctica budista y la manera correcta en que los seres humanos deben comportarse. Ese respeto no se limita a una consideración pasiva de los demás; es un valiente compromiso de nuestra condición humana.

Aunque simple en su formulación, esa actitud representa en la práctica el camino más desafiante. No obstante, el esfuerzo requerido es, precisamente, esa energía fundamental que puede originar una positiva transformación de la sociedad. Como escribe el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, "La clave para que florezca el humanismo pregonado en las enseñanzas budistas es la absoluta convicción en la bondad esencial del ser humano y la dedicación a cultivar esa bondad, tanto en uno mismo como en los demás".
[ Cortesía de la revista SGI Quarterly, edición de abril de 2005]

Cuando el destino nos alcance

Publicado por Hasardevi | 21:38 | 0 comentarios »

Konrad Lorenz, Premio Nobel de Fisiología y Medicina, fue el fundador de la Etología, que es la ciencia que se aplica al análisis del comportamiento de los hombres y los animales.

Lorenz renovó el estudio de la sicología del comportamiento, introduciendo la observación directa de la naturaleza. A diferencia de Freud, cuyos análisis de la conducta estaban inmersos en diversos estados de ansiedad, eligió estudiar el mundo salvaje de los animales. Para Lorenz, lo designado como odio, rabia, respeto, propiedad, etcétera, se traducía en agresividad, jerarquía, territorialidad, que él consideraba conductas innatas.

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Publicado por Hasardevi | 21:59 | 0 comentarios »

Publicado por Hasardevi | 21:32 | 0 comentarios »


¿Cómo se puede hablar del futuro de la humanidad si nuestro espíritu es tan desolado e insensible que ignoramos los sufrimientos y las amenazas a la dignidad de aquellos con quienes estamos compartiendo la vida en este mundo?
- De "El Desafío de la Ciudadanía Mundial" de Daisaku Ikeda