Libro de Henderson e Ikeda en chino tradicional

El libro Ciudadanía planetaria que reúne el diálogo y el intercambio epistolar mantenido entre Hazel Henderson y Daisaku Ikeda desde 1998 hasta 2002 fue recientemente publicado en chino tradicional por la casa editorial The Commercial Press de Hong Kong. La obra fue inicialmente publicada en Japón en 2002 con el sello de Shufu No Tomo, bajo el título de El diálogo global: Hacia un brillante siglo de la mujer. El libro ha sido traducido también al francés, italiano y portugués.

En la obra, los autores departen sobre una serie de temas en torno al concepto de ciudadanía global y la sostenibilidad del mundo. Los capítulos que conforman la obra son: una vida de acción cívica; la universidad llamada vida humana; salvar la madre vida; una nueva economía; pensamiento global – acción local; la revolución de la civilización; una tecnología que beneficie el porvenir; la Carta de la Tierra y la ética ecológica; una centuria de la mujer; y, sociedad de beneficio mutuo.

La doctora Hazel Henderson es una reconocida economista de los Estados Unidos, especializada en el ámbito de la evolución financiera y social. Ha prestado sus servicios como consultora de desarrollo sostenible en más de treinta proyectos gubernamentales, intercontinentales y académicos.


IDN-InDepthNews, 20 Junio 2010
(Foto por Daisaku Ikeda tomada en Gunma, Japón.)

BERLÍN/TOKIO (IDN) – El destacado pensador budista Daisaku Ikeda ha exhortado la pronta iniciación de negociaciones destinadas a lograr un tratado global para la abolición de las armas nucleares y de todas las demás armas de destrucción masiva que coincidiera en lo posible con el 70º aniversario de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki.


Un tratado internacional, implementado en la forma de una Convención sobre Armas Nucleares (CAN), tendría como mandato primordial la prohibición de desarrollar, probar, producir, almacenar, transferir, utilizar armas nucleares y amenazar con su empleo, y al mismo tiempo, garantizar su eliminación. Dicho tratado sería, en lo formal, similar a las convenciones existentes que estipulan la proscripción de otras categorías de armas, como las biológicas, las químicas y las minas antipersonales.

"Tenemos que construir algo positivo partiendo de este impulso", afirma Ikeda, presidente de la asociación budista Soka Gakkai Internacional (SGI), quien por décadas se ha dedicado a promover la eliminación de los arsenales atómicos. A comienzos de setiembre de 2009, el señor Ikeda formuló un plan de cinco puntos para el logro de la abolición nuclear.

El Presidente Ikeda dio una entrevista a Ramesh Jaura para IDN-InDepthNews, en forma conjunta con la agencia de noticias Inter Press Service, aquí responde sobre cómo hacer para que importantes tratados sobre abolición de armas nucleares avancen en su implementación:

"Más que ninguna otra cosa, debemos convocar la fuerza de la voluntad popular y de la opinión pública internacional. Eso creará las condiciones para que los líderes gubernamentales se interesen genuinamente en lograr un progreso.

En tal sentido, sin embargo, la verdadera pasión e interés dentro de la sociedad civil están confinados mayormente a las personas que participan de ONGs directamente comprometidas con la referida cuestión. Pero estamos ante una cuestión de la máxima importancia –el destino de la humanidad literalmente pende de un hilo— para dejarla en manos de minorías que crean políticas gubernamentales.

Los movimientos para establecer tratados de prohibición de minas terrestres y municiones de racimo fueron liderados por ciudadanos comunes, personas cuyo sentido de humanidad se vio ultrajado por la naturaleza horrenda de esas armas; cuyo sentido de urgencia fue impulsado por la necesidad de prevenir mayores sufrimientos. De la misma manera, cuando la gente comprenda cuán importantes son el TPCEN y el TPPMF para reducir la amenaza de las armas nucleares, podremos presenciar un poderoso oleaje de respaldo dentro de la opinión pública internacional.

Desde enero hasta marzo de este año, los jóvenes y los estudiantes miembros de la SGI de ocho países realizaron encuestas entre sus pares para conocer la postura de estos respecto de las armas nucleares. Muchos entrevistados, al comienzo, dudaron acerca de las razones de esa iniciativa, con lo que se puso en evidencia hasta qué punto la gente cree que las armas nucleares están esencialmente desvinculadas de su vida. Así y todo, casi el setenta por ciento de los entrevistados aseguró que el uso de las armas nucleares era inaceptable en cualquier circunstancia. Más de la mitad expresó que nuevos debates sobre cuestiones nucleares podrían estimular el progreso hacia la abolición.

La clave, por ende, son los esfuerzos persistentes dentro de la sociedad civil para profundizar la conciencia y el interés por la cuestión nuclear, destacando, entre otras cosas, la importancia de esos tratados. Una labor tal es capaz de vencer los obstáculos hacia el progreso y transformar la realidad más pertinaz. Eso es lo que la SGI ha intentado lograr a través de la campaña Década de los Pueblos por la Abolición Nuclear, iniciada en 2007.

P.: ¿Qué papel le asignaría usted a la educación?

(...)

Juntos, podemos establecer los cimientos dentro de la sociedad internacional para crear un mundo sin armas nucleares. La gente joven ya se ha situado a la vanguardia de dicha labor. Cuando las personas comunes se unen solidariamente, poseen el poder de cerrar las brechas entre la realidad y los ideales. Esa es la determinación que nos anima cuando nos esforzamos por la puesta en marcha de aquellos tratados y, aun más, por el establecimiento de una Convención sobre Armas Nucleares que prohíba completa y efectivamente esa clase de armamentos.

La entrevista completa se encuentra aquí: http://tinyurl.com/289sxuv

Apuntes sobre el Karma

Publicado por Hasardevi | 1:22 | 0 comentarios »


El karma en el budismo

La explicación del karma dentro de las doctrinas budistas es diferente de la hinduista, ya que en esta corriente de pensamiento el karma no es únicamente una ley de causa y efecto que implicaría la existencia de dioses invisibles encargados de hacerla cumplir, sino una inercia natural.

El loto, en alusión al Sutra del Loto "El Rey de los Sutras" según la tradición budista de Nichiren Daishonin, contiene en su flor las semillas por lo que simboliza la simultaneidad de causa y efecto, esto es, que en la causa misma se lleva intrínseco el efecto. Esto es parte de la connotación de "karma", per hay mucho más...
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En relación con la inercia, por ejemplo, si una persona roba un banco y tiene éxito, es muy probable que vuelva a robar, y si una persona ayuda a un anciano a cruzar la calle, entonces es muy probable que esa persona siga ayudando a otras personas. En ambos casos, si la experiencia no produjera buenos resultados, entonces la inercia se haría menor (el ladrón robaría menos y el filántropo ayudaría menos).

Cuando un sujeto roba un banco, esta acción quedará registrada en su mente alterando el flujo de ésta, y provocando en él una percepción errónea de la realidad («tengo derecho a tomar sin permiso las cosas que necesito»). En realidad este proceso es subconsciente. Estas percepciones erróneas le condicionarán a sufrir más adelante, pues crean un estado mental propenso a la infelicidad.

Son las percepciones erróneas las que producen la infelicidad, la distorsión que en la mente se hace de la realidad, la validación de una conducta inadecuada y dañina produce los efectos negativos que se van grabando en la vida del individuo. Pero no hay que confundir karma con "tendencia de vida".

El karma no sería entonces una recompensa o un castigo mágico a las acciones sino simplemente el hecho de que las acciones humanas tienen consecuencias tanto externas como mentales.
El karma puede entenderse como una forma de "crédito y débito", no tanto como premio y castigo.

Fundamentación

Según el budismo, al comportarse de acuerdo con el karma, la persona debería tomar conciencia de que la búsqueda de la venganza y el mal traerá graves consecuencias en la vida diaria y en las vidas futuras. Esto permitiría aprender del sufrimiento, dominarlo y sacar provecho de él en términos espirituales para llegar al desarrollo de una vida más plena.

Puesto que todo acto tiene origen en la mente, el budista debe vigilar sus pensamientos y sus palabras, ya que también pueden producir bien o mal. Cada acción y palabra, buenas o malas, sería un búmeran que a veces vuelve en la misma vida y a veces en una vida futura.
El karma puede ser explicado como un fenómeno análogo a la inercia. Según esta visión, el individuo genera tendencias a través de sus causas. Un pensamiento, palabra o acción intencional, si se repite, se convierte en costumbre y condicionará una tendencia en el mismo sentido. En el futuro, las causas no necesariamente serían intencionales, sino que estarían influidas por causas previas. En este sentido, el karma constituye una influencia inconsciente, condicionante pero no determinante, pues somos siempre libres y podemos contrarrestar nuestras influencias o tendencias negativas. Aunque sean escasos en porcentaje, tenemos numerosos ejemplos de personas que han cambiado radicalmente de vida.

La mayoría de las escuelas budistas enseñan que mediante la meditación se puede llegar a un estado de super conciencia llamado nirvana (samādhi en yoga), que es el fin de la existencia condicionada por el karma. Algunas, como las del budismo nichiren, entienden que no es posible escapar al ciclo de la reencarnación, si el karma no se rompe. Por lo tanto, la práctica budista tiene por objeto que las personas alcancen un estado de paz y felicidad absoluta en esta misma vida y de este modo, "romper" la cadena del karma. Trascenderlo.

Karma: no sólo acciones físicas

El karma no implica solamente las acciones físicas, sino habría tres factores que generan reacciones:

• los actos
• las palabras
• los pensamientos.

El budismo sostiene que, así como las causas internas dan lugar a las consecuencias que ocurren en lo externo, las personas pueden escapar del condicionamiento del karma y así liberarse de los cuatro sufrimientos:

1. nacimiento
2. enfermedad
3. vejez
4. muerte

De acuerdo con varias religiones dármicas, el karma sería una energía metafísica (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Es una creencia central en el budismo, el hinduismo, el yainismo, etc., aunque con ciertos matices.

El sustantivo sánscrito kárman significa ‘acción’. Proviene de la raíz kri: ‘hacer’.

Por lo tanto, comencemos por aceptar nuestra responsabilidad en cada situación, aunque aparentemente nos parezca injusta. Aceptar y entender nuestra responsabilidad nos ayuda a darle una perspectiva positiva a nuestra vida y es el primer paso importante para equilibrar nuestro karma.

Esto comprende no solo acciones, también abarca nuestros pensamientos.
Hay algo realmente importante que subrayar, para que nosotros sembremos algún tipo de Karma, debemos tomar conciencia de lo importante e imprescindible que es la intención y no la acción, es decir el sentimiento o pensamiento que me mueve para hacer algo es lo que definitiva y completamente creará mi Karma.

Así, no es únicamente nuestra acción lo que determina nuestro Karma, es nuestra actitud ante la vida la que lo creó, es decir, que no es lo que hagamos sino la emoción que habita en esta acción… y la emoción que lo genera.

¿Cómo, entonces, entender y tomar conciencia de los pensamientos y emociones que están invadiéndonos constantemente? Observándonos constantemente. Es común que observemos el desempeño del vehículo que utilizamos para transportarnos, si escuchamos un "ruidito", porque estamos atentos a ello, observamos y tratamos de conocer su origen, pero, ¿y nuestras emociones? ¿nuestros pensamientos? ¿nos preocupamos por entender la índole de éstos y qué los origina?; ¿observamos nuestras motivaciones?

Casi todo el tiempo estamos actuando de manera mecánica, sin atender los reclamos de nuestro cuerpo, menos de nuestra mente o "corazón", es decir, las emociones que nos embargan: las negamos, las disfrazamos, pretendemos engañarnos a nosotros mismos. Eso es parte de la inconsciencia en la que se vive y, al no atender esa parte vital de nuestra vida, deambulamos por el mundo repitiendo patrones de conducta dañinos y creamos olas de negatividad y dolor en nuestro entorno. Hacemos algo por la motivación equivocada... y los resultados nos lo gritan pero somos incapaces de verlo.

En realidad, no es tan complicado, pero todo comienza con una forma de liberación, la más básica: "Yo soy responsable de lo que me ocurre, pero también yo tengo el poder de cambiarlo".

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NOTA: Se recomienda la lectura del artículo: "Karma" publicado en este mismo blog.


El líquido se encuentra incorporado al interior rocoso del satélite de la Tierra, publicó la revista 'Proceedings of the National Academy of Science'.

Reuters
Publicado: 15/06/2010 13:53

Washington. Hay mucha más agua en la Luna que lo que casi cualquiera pensaba y previsiblemente es algo común bajo su superficie, según un informe.

Recientes misiones a la Luna han mostrado agua congelada en cráteres en su superficie, además de hielo bajo el polvo gris.

Pero un nuevo estudio publicado el lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Science demostró que hay mucha más agua en la Luna que eso, lo que representa hallazgos importantes para futuras misiones lunares.

"El agua puede ser ubicua dentro del interior lunar", concluyeron los investigadores.

"Durante más de 40 años pensamos que la Luna era seca", resaltó Francis McCubbin del Carnegie Institution of Washington, quien lideró el estudio.

"Descubrimos que el contenido mínimo de agua iba desde 64 partes por mil millones a 5 partes por millón, al menos dos órdenes de magnitud mayores que resultados anteriores", agregó.

Noticia completa: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2010/06/15/la-luna-tiene-mas-agua-de-lo-que-se-creia-estudio

Traducción libre por Hasardevi

Imagine una olla llena de agua fría en la que una rana nada tranquilamente. El fuego se enciende bajo la olla. El agua se calienta lentamente. Pronto está tibia. La rana encuentra esto más bien agradable y continúa nadando. La temperatura comienza a subir. El agua está caliente. Sólo un poco para que la rana pueda percibirla ; siente algo de fatiga pero no llega a alarmarse. El agua es ya verdaderamente caliente. La rana comienza a encontrar esto desagradable, pero está tan débil para hacer algo que la soporta. La temperatura del agua subirá a tal grado que la rana simplemente terminará por cocerse y morir, sin ser jamás extraída de la olla.

Si la rana se sumergiera en agua a 50 °, daría un saludable salto que la llevaría de inmediato fuera de la olla.

Esta experiencia (la cual no es recomendable) es rica en enseñanzas. Muestra que cuando un cambio negativo se efectúa de manera suficientemente lento, escapa a la conciencia y no suscita reacción la mayor parte del tiempo, ni oposición, ni revuelta.

Es exactamente lo que ocurre en la sociedad en la que vivimos. Año con año, se observa una constante degradación de los valores, misma que se efectúa con suficiente lentitud para que nadie –o casi nadie- se ofenda. Sin embargo, como la rana que uno sumerge bruscamente en agua a 50° de temperatura, bastaría de tomar al ciudadano mediano de principios de los años 80 y, por ejemplo, hacer que viera la TV de hoy en día o leyera los periódicos actuales para observar en él una cierta reacción de estupefacción e incredulidad. Le costaría creer que alguien pudiera un día escribir artículos tan mediocres en su fondo y tan irrespetuosos en su forma como los que nosotros encontramos normal de leer hoy, o que puedan pasar en la pantalla el tipo de emisiones subnormales que se nos proponen cotidianamente. El aumento de la vulgaridad y la grosería, el desvanecimiento de los puntos de referencia y la moralidad, la relativización de la ética, se han realizado de tal manera –paulatinamente- que ha sido poco percibido o denunciado.

Del mismo modo, si nosotros pudiéramos ser lanzados al año 2022 y observar en lo que se convertirá el mundo si continúa en la pendiente por la que cae actualmente, nosotros estaríamos sin duda todavía más desconcertados, ya que parece que el fenómeno se acelera (aceleración posible gracias a la velocidad con que estamos bombardeados de nueva información, y olvidándonos del resto). Además, notamos que las películas futuristas coinciden prácticamente en presentarnos un futuro ciertamente “super-tecnológico” pero sobre todo más sombrío.

Cada vez que un cambio es demasiado débil, demasiado lento, Se precisa una conciencia muy aguda, o una buena memoria para darse cuenta. Parece que una y otra son hoy en día algo raro de encontrar.

Sin conciencia, nos convertimos en menos que humanos.

Sin memoria, podríamos pasar cada día de la claridad a la noche (y a la inversa) sin darnos cuenta, ya que los cambios de intensidad luminosa son demasiado lentos para ser percibidos por la pupila humana. Es la memoria la que nos hace tomar conciencia a posteriori de la alternancia del dia y de la noche.

Atiborrada por demasiada información inútil, la memoria se embota.

Aturdida por un exceso de estimulación sensorial, la conciencia se duerme.

Y así, nuestra civilización se hunde en la oscuridad espiritual, con la degradación social, el deterioro ambiental, la deriva faustiana de la genética y la biotecnología, y el embrutecimiento de las masas –entre otros síntomas- por los que se traduce.

El principio de la rana en la olla de agua es una trampa de la cual no se desconfía nunca demasiado si es que uno tiene como ideal la búsqueda de la calidad, del mejoramiento, del perfeccionamiento; si se rechaza la mediocridad, el statu quo, el dejarse manejar.

Incidentalmente, este principio funciona también de manera positiva e incluso nos hacer malas pasadas. Los esfuerzos que uno hace cotidianamente también provocan cambios –positivos, en este caso- pero en ocasiones demasiado débiles para ser percibidos inmediatamente y sin embargo, estas mejoras están aquí, son reales y, al no percibirlas, algunos se desalientan sin razón.

Por ejemplo el bambú: toma 5 años a una semilla comenzar a brotar, pero crece muy alto en un año... Entre tanto, se necesitan cuidados, si se abandona, ¿cómo podremos verlo crecer algún día?

¿Cómo, entonces, no sucumbir a la trampa del principio de la rana en la olla de agua, individual o colectivamente?

Por una parte, no cesando de acrecentar la propia conciencia, y conservando un recuerdo intacto del ideal y de los objetivos que uno se ha fijado.

El entrenamiento y el desarrollo de la conciencia son uno de los puntos comunes de todas las prácticas espirituales: conciencia de sí, conciencia del cuerpo, conciencia del lenguaje, conciencia de los pensamientos, conciencia de las emociones, conciencia de los demás, de todo lo que nos rodea, etc. Más allá de todo dogma, de toda doctrina, de toda ideología, la ampliación y la elevación de la conciencia deberían ser considerados - mucho más que el desarrollo de las facultades intelectuales – como el comportamiento esencial de nuestra condición humana y como factor fundamental de nuestra evolución.

Olivier Clerc