Entrevista de SGIQ con Myra WaldenCofundadora del Instituto para Facultar la Comunicación.
Traducción por Hasardevi
Muchos de nosotros hemos sido educados en entornos en los que la competencia, el juicio, las exigencias y la crítica son la norma comunicativa; en el mejor de los casos, estas formas habituales de pensar y hablar dificultan la comunicación y crean confusión y frustración en los demás y en nosotros mismos. Peor aún, pueden causar ira y dolor y hasta conducir a la violencia. Incluso con las mejores intenciones, podemos generar conflictos innecesarios. El sistema de comunicación noviolenta o NVC desarrollado por Marshall Rosenberg y otros investigadores en el Centro para la Comunicación No-violenta en los EUA, comienza asumiendo que todos somos compasivos por naturaleza y que las estrategias violentas, verbales o físicas, son conductas aprendidas, apoyadas por la cultura prevaleciente. NVC ayuda a la gente a aprender cómo comunicarse efectivamente entre unos y otros para que su vida y relaciones se transformen. Aquí, la psicoterapeuta y capacitadora en NVC Myra Walden nos habla acerca de su experiencia enseñando NVC y cómo ello ha transformado su propia vida y la de la gente con quienes trabaja.
SGI Quarterly: ¿Qué es lo que bloquea el flujo de la comunicación en el curso normal de la vida cotidiana?
Myra Walden: Creemos que la forma en la que nos hemos acostumbrado a pensar es lo que bloquea el flujo del don mutuo del corazón. La mayoría de nosotros hemos aprendido patrones de comunicación que obstruyen la compasión. ALGUNOS EJEMPLOS DE ESTO SON CULPAR AL OTRO, “Es tu culpa que llegamos tarde”; dictaminar, “Es que es floja; negación de la responsabilidad, “Le mentí al cliente porque mi jefe me dijo”; palabras que niegan una opción e implican injusticia, “deberías visitar a tu anciana madre más seguido”; hacer comparaciones, “Tu hermana siempre obtiene mejores calificaciones que tu”; dar siempre órdenes, “Vete a la cama ¡ya!”; y hacer juicios de valor, “los terroristas merecen morir.”
SGIQ: ¿Qué pasos prácticos podemos dar para mejorar la comunicación?
MW: Sugiero que se aprenda a prestar atención a lo que se dice, especialmente cuando se está molesto con otra persona. Al expresarnos, referir lo que la otra persona dijo o hizo sin evaluar sus acciones. Por ejemplo, en lugar de decir “cuando me insultaste…,” decir “cuando me llamaste desconsiderado...” En la segunda expresión se está simplemente citando lo que la otra persona dijo sin interpretar sus palabras como un ‘insulto’. También se debe practicar el poder identificar y expresar las propias necesidades y reconocer las necesidades de los demás. Por ejemplo, si no estás contento con la cantidad de cosas que tienes que hacer, identifica y expresa tu necesidad de ayuda: “Estoy agotado, necesito ayuda. ¿Estarías dispuesto a llegar a las 6 pm para que me ayudes a preparar el salón?” Si, por ejemplo tu supervisor tiene un tono de voz cortante durante una junta, trata de adivinar y expresar su necesidad: “Me parece que necesitas más cooperación para este proyecto ¿verdad?”
Creo que esta práctica por sí sola puede mejorar la comunicación mucho porque favorece la comprensión mutua y la conexión de corazón a corazón. Todos tenemos que ver con la necesidad de comprensión, apoyo o cooperación, ya que todos tenemos estas necesidades. Las necesidades crean el terreno común en donde las personas en conflicto pueden confluir.
Algunas pautas para la Comunicación No Violenta
§ Lo que otros hacen puede ser el estímulo de nuestros sentimientos pero no la causa.
§ Expresar nuestra vulnerabilidad puede ayudar a resolver conflictos.
§ Si expresamos nuestras necesidades, tendremos una mejor oportunidad de que las atiendan.
§ Si nosotros no valoramos nuestras necesidades, los demás tampoco lo harán.
§ Clasificar y juzgar a la gente promueve la violencia.
§ Los juicios hacia los demás son expresiones transferidas de nuestras propias necesidades insatisfechas.
- Detrás de los mensajes intimidatorios, hay simplemente gente que trata de llamar la atención hacia sus necesidades.
- Cuando combinamos la observación con la evaluación, las personas tienden a escuchar la crítica.
- La causa del enojo radica en nuestro pensamiento –en los pensamientos de culpa o juicios.
- Cuando otras personas escuchan una exigencia de nosotros, tienen dos opciones: ceder o rebelarse.
- Empatizar con el “no” de alguien nos protege de tomárnoslo personal.
(De Comunicación No Violenta: Un Lenguaje de Vida por Marshall B. Rosenberg)
SGIQ: ¿Cómo hacemos, cuando recibimos mensajes negativos –al escuchar culpas y críticas, para no tomárnoslo personal o culpar a otros?
MW: Habituándose a pasar por alto lo que la gente piense de usted. Hay que ir directamente a los sentimientos y necesidades que yacen en sus críticas o su culpabilización. Es una gran manera de protegernos de mensajes que pueden menoscabar el propio respeto si se toman de manera personal. Si se encuentra a sí mismo molesto o perturbado, tómese un tiempo para conectarse con sus propios sentimientos y necesidades. Además, cultive una práctica que le ayude a conectarse con su compasión interior todos los días. Tengo que estar conectado a la compasión con el fin de hacer frente a los desafíos sin recurrir a la violencia. Mi práctica es meditar por la mañana y por la noche. Algunos se conectan con su yo compasivo a través de la música, la naturaleza o lecturas que le inspiran, por ejemplo.
SGIQ: ¿Cuál es la diferencia entre exigir y solicitar?
MW: Cuando hacemos una petición, estamos abiertos a escuchar un “no.” Si la otra persona no quiere hacer lo que solicitamos, somos capaces de responder con empatía. Podemos optar por pedir a otra persona que ayude a satisfacer nuestra necesidad. Pero si queremos continuar el diálogo con la primera persona, buscaremos conectarnos con ella hasta que podamos encontrar una estrategia que concilie sus necesidades con las nuestras.
Podemos diferenciar una petición de una exigencia poniendo atención a nuestra reacción cuando escuchemos “no.” Si escuchamos “no” y aún así mantenemos la conexión con el otro, entonces habrá sido una verdadera petición.
SGIQ: ¿Cuándo es realmente apropiado escuchar a alguien, empatizar con su situación, en oposición a intentar “resolver” su problema por él o ella? Cuando escuchamos ¿qué debemos buscar?
MW: Cuando alguien comparte una experiencia dolorosa, mi regla es empatía siempre. Supongo que la persona está buscando comprensión. Mantengo una presencia empática hasta que la persona se muestra aliviada. Deja de hablar y hay signos visibles de relajación en sus gestos y expresión facial. En este punto, si percibo que la persona quiere algo más, pregunto. Al escuchar con empatía se escucha con una mente silenciosa y un corazón abierto. (los juicios se detienen y aflora la compasión). Hay que intentar conectarse con los sentimientos y necesidades de la persona.
Por ejemplo, si alguien le dice, “están enviando a mi novio a Afganistán”, hay que conectarse con el corazón de esa persona, para ello, se puede preguntar “¿temes por su seguridad?”
SGIQ: Esgrimir valientemente la empatía puede ayudar a calmar una situación potencialmente violenta ¿Tiene algunos ejemplos de esto en su propia vida?
MW: Hace pocos meses, estaba en mi oficina en el Centro comunitario de salud mental en donde trabajo. Escuché a alguien gritar a todo pulmón, “¡Déjenme en paz!” Profería maldiciones a toda voz. Esperé por un par de minutos pensando que pasaría, pero no fue así, así que fui a la oficina de donde venían los gritos y le pregunté a la mujer que vigilaba la puerta si podía yo entrar ya que pensaba que podía ser capaz de ayudar en esta situación debido a mi entrenamiento en CNV. Aunque al principio estaba reticente porque un asistente social, el médico y el padre del joven ya estaban en la oficina, ella finalmente accedió a mi solicitud.
Cuando estuve dentro del cuarto, me senté en el piso y pregunté: “¿Estás enojado porque quieres ser tratado con respeto?” Para mi sorpresa, el joven me escuchó y repentinamente se calló. En ese punto, pedí a los presentes abandonar el cuarto para que pudiera hablar con el joven a solas. Aunque con preocupación por mi seguridad, accedieron a salir. Después de un largo silencio y varios intentos por establecer contacto, él me habló. Más tarde, el médico y el padre regresaron y la sesión terminó pacíficamente. Este es un ejemplo de un caso en que la utilización de la CNV en una situación potencialmente violenta ayudó a resolverla de manera pacífica.
De la esclavitud emocional a la liberación emocional
§ Primer etapa: Nos vemos a nosotros mismos como responsables por los sentimientos de los demás.
§ Segunda etapa: Sentimos enojo; ya no queremos ser responsables por los sentimientos de los demás.
§ Tercera etapa: Liberación emocional: tomamos responsabilidad por nuestras intenciones y acciones.
SGIQ: ¿Cómo ayuda la empatía a sanar?
MW: Cuando alguien recibe nuestro sufrimiento tranquilamente, con el corazón abierto y sin juzgar, somos capaces de abrirnos a nuestro dolor. Experimentamos una plena liberación, y al hacerlo así, sanamos. Surge la claridad y encontramos el acceso a la sabiduría interior.
SGIQ: En la filosofía no violenta, la ira no es una emoción que se reprima; de hecho, es preciso reconocerla pero expresarla de manera responsable.
¿Cómo podemos utilizar nuestra ira en forma constructiva para el diálogo?
MW: Utilizamos la ira de manera constructiva cuando nos tomamos tiempo para liberar los pensamientos que están causando nuestro enojo y para identificar las necesidades que no se cumplen en una situación dada, en lugar de dejarnos llevar por la ira.
Lo que subyace en la ira, es siempre culpar y juzgar. En la intimidad de nuestra mente, nos damos tiempo para juicios y culpas tales como: “¡No puedo soportar a este idiota! ¡Cómo se atreve a hablarme así! Ah, la arrogancia...,” o bien, “Es su culpa que estemos en este predicamento. ¿Cuándo aprenderá?
Cuando seamos conscientes de que así es cómo pensamos, entonces podemos tratar de identificar las necesidades de la situación y conectarnos con ellas. Quizá necesitemos más respeto, consideración y la confianza de la otra persona.
Una vez hecha la conexión con nuestras necesidades, podemos comenzar la danza de comunicación no violenta al expresar nuestra propia vulnerabilidad y siendo receptivos a la de la otra persona. Confiamos en que esta danza nos lleve a una conexión del corazón, donde las soluciones pueden surgir para satisfacer las necesidades de todos.
SGIQ: ¿Cómo ha enriquecido su propia vida este trabajo sobre la no-violencia?
MW: Lo ha hecho de muy importantes maneras. Utilizar los procesos de CNV para lidiar con los desafíos de la vida, aumenta mi sentido de paz y libertad. Identificar y conectarme con las necesidades que subyacen en las acciones de los demás ha traído gran armonía a mis relaciones personales y profesionales. Por estas razones, compartir la Comunicación No-violenta llena mi vida de pasión y significado.
SGIQ: Marshall Rosenberg escribe: “Cuánto más experto sea en gratitud, será menos víctima del resentimiento, la depresión y la desesperación. La gratitud actuará como un elixir que irá disolviendo gradualmente la dura coraza de su ego, su necesidad de posesión y control, y le transformará en un ser generoso...” ¿Por qué es tan importante la gratitud?
MW: La gratitud nos ayuda a ser más conscientes y a disfrutar de cosas maravillosas en nuestra vida: estar vivo, tener agua fresca para tomar y amigos que lo apoyan a uno, la belleza de la naturaleza, sólo por nombrar algunas de ellas. Con un corazón agradecido, surge un deseo natural de contribuir al bien-estar de los demás y del planeta mismo. La gratitud es un poderoso combustible que puede promover de manera efectiva el cambio social.
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